Me rasuró el ano - Encendido con mi Papá #6 - Relatos Eróticos

Me rasuró el ano - Encendido con mi Papá #6

... instinto y el placer que me daba me ganaron. Una vez más le sostuve la cabeza mientras lo bombeaba; sus labios apretaban y, cada vez que casi la sacaba, él daba lenguetazos en mi glande sin dejar que se saliera de su boca. Ahí mismo me quité la camisa y la tiré al suelo; "Luego la recoge él", pensé. Me desabroché el pantalón, él me lo bajó, me quitó la ropa interior y se dispuso a mamarme los huevos. Pero recordé mi misión: "Papito, métémela", le dije. Él paró de golpe, no siguió chupando. Yo estaba determinado; aproveché la pausa y me di vuelta, le presenté mi culo para ser comido.

"Es que no puedo", me confesó. "¿Pero cómo no vas a poder?, mirá lo dura que la tenés", mientras chupaba se la sacó por un lado del jockstrap y estaba dura, mojada, venosa y apetitosa, quería chuparla. "No hijito, es que no puedo" se paró. "¿Por qué no podés?, yo también quiero tu lechita", cambié mi tono por el de un niño que quiere un dulce (de tal palo tal astilla), lo abracé, le agarré la pija caliente, "Vaya, dame lechita" le supliqué. "Si querés chupamela y me vengo en tu boca" me dijo, casi de brazos cruzados, como quien quiere venirse pero no quiere participar. "No, metémela" le dije, "Por favor" casi haciendo pucheros. Me puse de rodillas y empecé a chupar su verga, quizá más metido en calor accedía. Cerró los ojos y se relajó cuando sintió su verga envuelta en mi garganta. Lo miraba fijamente y pude ver cómo su negativa se iba disolviendo. "Metémela", me dije cuando agarraba aire (él ...

... era un nivel de profesional al que yo solamente podía aspirar).

"Ok, pero es que yo solo la puedo meter en culitos limpios", dijo mientras yo estaba en éxtasis chupando y sintiendo el sabor de su lubricante. Mi verga estaba como piedra, pero no importaba; mi ano estaba dilatado. "Pero si mi culo está limpio", le dije, "si querés voy y me aseo una vez más", negocié. "No, es que te tengo que asear yo, te tengo que enseñar, vení". Me tomó de la mano y me llevó al baño, todavía agarrándome de la mano me metió en la ducha, abrió el agua y se dispuso a hacer su trabajo.

"Date vuelta" me ordenó, y me di vuelta. Me indicó que me apoyara sobre la pared; mi culo quedó parado, "Separa las piernas", me dijo con seguridad y me abrí lo más que pude. Me pasó una mano entre las nalgas, examinando su tesoro. Salió de la ducha y regresó con un rastrillo para rasurar y crema de afeitar. "Separa las nalgas" me dijo, seco; le hice caso, abrí mis nalgas para que tuviera acceso. Con cuidado aplicó crema, lo embarró todo, pasó las manos por el agujero, por las nalgas, las cubrió todas. Espié un poco y lo vi desnudo, con el pene más duro que nunca, estaba disfrutando esto, yo también.

Con cuidado tomó el rastrillo y con amor fue rasurando mi culo; sentí un poco de resistencia, así que asumí que los vellos habían crecido un poco más de lo que pensaba. Siguió con cuidado y cariño. Cuando terminó, el culo me pidió que me diera vuelta; con seguridad y sin preguntar, untó mis bolas y mi pene con ...