🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (11) - Relatos Eróticos

🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (11)

... de pronto escuché un silbido fuerte. Me sacó la polla de golpe, dejándome la boca abierta, babeando, con la cara empapada de lágrimas y saliva. Tosí, tratando de recuperar aire, y fue entonces cuando lo vi: Raúl estaba mirando hacia dos chavales que estaban a lo lejos, apoyados en una valla, fumando.

—Eh, vosotros —gritó Raúl con descaro, levantando la mano—. ¿Qué pasa, solo miráis o queréis que esta maricona os la coma también?

Yo me quedé helado. Me giré a mirar y los dos desconocidos se quedaron quietos, mirándonos. Uno era rubio, camiseta del Barça; el otro, moreno.

—Tócate los cojones... —murmuró Javi, que se quedó con los ojos como platos—. ¿De verdad, Raúl?

—JAJA, tío, estás enfermo —añadió Samuel—. ¿Quieres que se la chupe también a ellos?

Raúl me agarró de la nuca y me obligó a levantar la cara. Yo tenía la boca aún abierta, llena de baba, los ojos llorosos.

—Claro que sí, ¿o no, zorrita? —me dijo, restregándome el capullo mojado por la cara—. Tú quieres más pollas.

Yo tragué saliva, temblando, pero asentí. Notaba la polla dura palpitándome contra la mejilla.

—Sssí, Raúl... quiero...

Samuel se llevó las manos a la cabeza.

—No me lo creo... —decía entre risas nerviosas—. ¿En serio vas a hacer que se la chupe a dos tíos random del parque? ¿Cómo cojones va a hacer eso?

El moreno dio un paso adelante, tirando el cigarro.

—JAJA, no me jodas, ¿en serio nos estáis ofreciendo a este maricón arrodillado? —dijo, incrédulo.

El rubio, en ...

... cambio, ni dudó. Se bajó el pantalón mientras caminaba directo hacia nosotros, con la camiseta del Barça pegada al cuerpo. Su rabo salió medio duro, gordo, colgando, y se lo sacudió delante de mi cara como si nada.

—Si esta puta traga pollas, que empiece por aquí —dijo con una sonrisa torcida, dándome un golpe con la punta en los labios.

Me quedé paralizado. La polla de ese tío olía muy fuerte. Él ni esperó a que yo reaccionara, me agarró del pelo con violencia y me abrió la boca.

—Tss, tú, traga —me ordenó,y de golpe empezó a mear.

El chorro caliente me explotó dentro de la boca. Abrí los ojos de golpe, tragando parte, escupiendo el resto por la barbilla. El líquido bajaba por mi cuello, mojándome la camiseta. Tosí, intentando no apartarme, y el rubio se reía como un loco.

—JAJAJA, mira cómo se ahoga, tío. Qué puta más cerda —decía, dándome más—. Bebe, zorra, que te queda mucho.

—Hostia puta... —dijo Javi, alucinando—. Está loco este tío.

Samuel me miraba sin poder creérselo.

—¿Pero cómo... cómo cojones se lo está tragando? —balbuceó—. ¡Le está meando en la puta boca, Raúl!

Raúl se partía de risa, dándome un par de palmadas en la espalda.

—Vamos, zorrita, demuestra lo que vales. Quiero verte chupándole el capullo luego, bien limpio.

Yo tenía la cara hecha un desastre, la boca llena del sabor amargo y caliente de la meada, goteándome por todos lados. Tosía, pero no paraba. Cuando el chorro aflojó, el rubio me restregó el rabo empapado por la ...