1. 🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (11)


    Fecha: 05/12/2025, Categorías: Gays Autor: internauta, Fuente: TodoRelatos

    ... cabeza atrás, gimiendo.
    
    —Joder... traga, puta... míra a la cámara... así, eso es...
    
    Yo lloraba, babeaba, tosía, pero no me apartaba. Sentía las manos de Raúl en mi nuca, dirigiéndome.
    
    —Eso es, zorrita mía —susurró Raúl en mi oído, empujándome más fuerte—. Quiero ver cómo haces que los dos se corran dentro de tu boca.
    
    El rubio me agarró de golpe, sin previo aviso. Sus dedos se cerraron en mi pelo con tal fuerza que me arrancó un gemido ronco de la garganta. Con un tirón seco me obligó a mirarle directamente a los ojos. Tenía la cara encendida, las venas del cuello marcadas, los labios húmedos de tanto jadear.
    
    —Se acabó la tontería —escupió—.Ahora te vas a comer mi polla como una guarra de verdad o te revientola boca.
    
    No esperó respuesta. Me estampó la polla contra la boca y me hundió el capullo de golpe hasta la garganta. Tosí al instante, con un ruido húmedo, mis manos intentando frenarle en los muslos, pero él me apretó más.
    
    —Eso, traga, puta... —gimió, echando la cabeza atrás—. Que quiero oírte ahogarte con mi polla.
    
    Las lágrimas se me escaparon de inmediato, quemándome los ojos. Sentía el rabo grueso del rubio atravesándome la garganta, más profundo de lo que había tragado nunca, hasta que mis fosas nasales ardían buscando aire. El sabor de la piel mezclado con el amargor del meado que me había echado antes me revolvía el estómago, pero no podía escapar: sus caderas me sujetaban como un cepo.
    
    —¡Joder, tronco, que lo vas a matar! —saltó ...
    ... Samuel, poniéndose de pie, nervioso.
    
    Raúl se limitó a reírse, con los brazos cruzados.
    
    —Déjale, tío... —dijo con un brillo salvaje en los ojos—. Está disfrutando más de lo que parece.
    
    Yo babeaba sin control, la saliva cayendo a chorros de mi boca hasta mi camiseta, mojándome todo el pecho. El rubio me follaba la cara a empujones bestiales, sin pausa, sin darme un segundo de respiro. Cada vez que intentaba tragar aire, su polla me cerraba la garganta otra vez.
    
    —Mira, mira cómo se le salen los ojos —rió Javi, con una mezcla de miedo y excitación—. ¡Está rojo como un tomate!
    
    El moreno, que ya no podía aguantarse más, sacó su rabo y empezó a pajeárselo a escasos centímetros de mi cara. Grababa con el móvil con la otra mano, jadeando.
    
    —Dios, colega, esto es porno real... —susurraba—. Míralo, se está tragando esa polla hasta la campanilla, tío.
    
    El rubio, fuera de sí, me escupió encima, directo al ojo, y luego me hundió aún más, hasta que mi nariz chocó contra su pubis. Yo pataleé, desesperado, con los ojos inundados de lágrimas, tragando babas espesas que me chorreaban hasta la barbilla.
    
    —¡Eso, zorra! ¡Que me limpies los huevos! —gritó, riéndose como un loco.
    
    Samuel no podía más.
    
    —Tío, es que... es que lo va a matar, ¡no respira!
    
    —Calla, que está precioso así —respondió Raúl, excitadísimo—. Mira cómo lucha y aun así no suelta la polla.
    
    Yo sentía la garganta desgarrada, mi cuerpo entero temblando, pero algo en el tono del rubio, en la mirada de Raúl ...
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