1. La prostituta y su nuevo cliente


    Fecha: 07/12/2025, Categorías: Confesiones Autor: Birdie, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, me podéis llamar Alba y soy prostituta o mejor dicho puta porque si, soy puta porque lo he decidido y porque me gusta y hoy quiero contaros como puede ser una cita mía cualquiera, nada es como parece ni como os creéis que es.
    
    Llevo en el negocio del sexo de pago cerca de ocho meses, me trasladé de mi ciudad natal -que por seguridad no diré—a estudiar a Madrid, bueno estudiar, digamos que eso es lo que pensaban mis padres cuando hice las maletas, pero yo tenía muy claro que hasta mi propia santa madre sabía a lo que venía pues las apreturas familiares eran muchas y las salidas laborales en mi ciudad natal eran nulas, unos años antes me había implantado unas buenas pretesis de silicona que se han descubierto que no son tan buenas y que me dieron la 90 que luzco y por la que muchos hombres babean cuando me ven.
    
    Perdonar que me pierdo, con mis 23 añitos mandé a mi novio a tomar por culo, hice las maletas y me cogí el autobús que me dejó en la estación de Méndez Álvaro, en una semana estaba trabajando, lo primero que hice fue publicar en un par de páginas de cierto prestigio un pequeño perfil y unas fotos que me hizo un chico que resultó ser un caradura y al que no me volví a follar porque para mi dicha, yo soy la que folla y vosotros sois los que creéis que me folláis, JA, pero bueno, esa es otra historia.
    
    El caso es que publiqué un lunes y el mismo lunes ya tenía cerca de 50 respuestas en la dirección de correo que me había creado, había buscado un nombre para ...
    ... que apareciera en las primeras posiciones de la web por si se colocaba por orden alfabético y me cuidé muy mucho de decir que hacía o dejaba de hacer, opté por unas fotos más bien tirado a sosas porque pretendía sugerir más que enseñar y después de todo ello me propuse hacer cierta selección de mis futuros y próximos clientes.
    
    Mis primeros encuentros transcurrieron sin pena ni gloria, pues aplicaba lo que había aprendido con mis anteriores parejas de cama, que no fue poco pero con el tiempo he aprendido mucho más y puedo hacer que un hombre se me corra en cinco minutos casi sin que me toque y casi sin tocarlo porque he de reconocerlo, soy una puta de las buenas, de las caras, de las cabronas que se vacía la cartera, los huevos y si no quiero que vuelvas, no vuelves.
    
    Pero todo esto viene a cuento porque lo que no puedo evitar es la emoción del primer encuentro, normalmente soy muy selectiva con mis clientes y les hago pasar muchos filtros antes de que se metan entre mis piernas, mi intuición no suele fallar y si hago memoria solo me he equivocado con un demente que ya está denunciado y probablemente alguien le habrá quebrado las piernas porque como os decía puedo hacer lo que quiera con la voluntad de un hombre y convertir en un asesino sanguinario a la mosca más debilucha de una sala de ejecutivos de seguros.
    
    Esta sensación es indescriptible y creo que no puedo compararla con nada, una vez que mi cliente ha pasado el corte le suelo citar en alguna cafetería para poder ...
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