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La prostituta y su nuevo cliente
Fecha: 07/12/2025, Categorías: Confesiones Autor: Birdie, Fuente: CuentoRelatos
... observarle durante unos minutos, no necesito más, con dos minutos escasos me vale para saber que quiere cada uno, sus nervios, su forma de sentarse o de tomar su bebida, pero antes de eso he de prepararme, esa preparación siempre es muy concienzuda pues me gusta estar perfecta para mi cliente y mientras me preparo me recreo, mientras me subo las medias lenta y suavemente, mientras me pinto los labios o me hago las líneas de los ojos, todo forma parte de esa liturgia que me quema por dentro y que de no ser por ese instante mientras pienso en lo que me espera, me achicharraría. Os voy a contar un caso, no el mejor, ni el peor, simplemente el que me pasó ayer. Después de diez días cruzando mails con cierto maduro de 42 años decidí que era el momento de pasar al siguiente paso, por lo que sabía estaba soltero -mentira podrida, estaba casadísimo y con estos suelo ser más perra que nadie-, que tenía una escritura cuidada por lo que le suponía cierta cultura, que decía que se mantenía en forma y era bien parecido, eso a mí no me suelo decir nada pues metida en faena lo único que me gusta es que sus pollas no tengan demasiado vello y que huelan bien. A lo primero no puedo hacer nada, pero para lo segundo si pues lo meto dentro de la ducha y les restriego hasta que brillan, jaja, pues cité a este maduro interesante, JA, otro pegote, no hay nada más cómico que los nicks que suelen usar y este era patético, llamémosle Rober -evidentemente el nombre es ficticio—y lo cité en ...
... cierta cafetería de los últimos números de la calle Serrano, yo para el encuentro preparé uno de mis vestidos más “peligrosos” y me preparé para la cita. Me di un baño tranquila en mi apartamento, me puse una buena mascarilla en la cara y me hidraté creo que hasta el interior de las orejas, jeje, mi ropa descansaba en la cama y antes de ponerme la lencería más atrevida de la disponía, me miré desnuda al espejo de cuerpo de mi cuarto y casi me beso a mí misma pues me encontraba irresistiblemente atractiva. Mis curvas, mi senos perfectos, esas aureolas de mediano tamaño, mis labios carnosos, un pubis rasuradito y suave como una pluma, mmm, Robert no me iba a durar ni diez minutos y me reí por dentro; me senté en mi descalzadora y me coloqué las medias, mi liguero negro y me lo enganché suavemente, después un sujetador muy delicado negro que me encantaba y volví a mirarme al espejo, cada vez me gustaba más el resultado. Me perfumé suavemente y en esto no suelo pensar nunca en mis clientes, me importa bien poco que luego vayan oliendo a hembra, pues es lo que soy y el que viene a mi debe apechugar con todo el paquete. Una blusa blanca que dejaba entrever mis lencería y una flada de tuvo gris hasta las rodillas pero que marcaba mis caderas a juego con una chaqueta corta del mismo color y unos zapatos de vértigo negros, estaba arrebatadora; busqué mi bolso y metí un par de condones por si acaso me hubiese equivocado en mis impresiones, el lubricante -pues todo cliente debe ...