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Mamá es estrechita.
Fecha: 10/12/2025, Categorías: Hetero Incesto Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30
... a la vista de Marco que la observaba en forma intensa y codiciosa. —¿Te gusta lo que ves? … —¡Oh, mamá! … No te imaginas cuanto … —¿Me has espiado alguna vez? … —Sí … De vez en cuando he echado un vistazo … Como cuando te agachas, intento ver destellos de tus bragas … O en las mañanas cuando trato de adivinar el color de tu sujetador … —¿Solo eso? … —Bueno … También jugué con tus bragas … Las olí … No puedo evitarlo, mamá … Eres la única mujer que me está cerca … De algún modo esta confesión espontanea de su hijo, pareció encender la lujuria en ella. Sintió las maripositas que aleteaban en su vientre cuando supo que su hijo había estado fantaseando con sus bragas usadas, había jugado con ellas, las había usado probablemente para masturbarse. Sus pezones crecieron firmes y duros, parecieron querer romper el sujetador mojado. Algo había hecho clic en su cabeza y ya no estaba avergonzada de estar de ese modo en frente de su hijo que no dejaba de escudriñar sus sinuosas curvas. Nada le parecía incorrecto, estaba satisfaciendo una necesidad básica de hombre y mujer. —¿Quieres jugar con algo real? … Le preguntó Carolina mordiendo tentadoramente su labio inferior. —¡Oh, mami! … Pe-pero … Balbuceó Marco en son de protesta al tiempo que veía a su madre abrir la cremallera de su vestido y hacerlo deslizarse cadenciosamente por su espectacular cuerpo. Marco la miró estatuaria frente a él, vistiendo solo sus bragas y sujetador. Su piel brillaba con ...
... gotitas que parecían diamantes en su piel cándidamente blanca. Ella caminó hacia él y tomo su mano, arrastrándolo a la cama. Carolina se sentó sobre la cama y desabrochó la camisa de Marco, admirando sus fuertes y musculosos pectorales y los marcados abdominales dibujados en su vientre liso, sintiendo los músculos tensos en su estómago. Marco suspiró profundamente mientras su madre bajaba la cremallera de sus pantalones y los empujaba hasta los tobillos. Sus boxers blancos ya estaban manchados con gotas de su hombría. Acercó su rostro a la polla de su hijo y aspiró una bocanada de la virilidad que emanaba ese garrote tremendamente tieso y grueso. Enganchó sus dedos en la pretina de sus boxers y cuando la polla salto hacia adelante y hacia arriba, su coño se contrajo estrechamente haciéndola apretar sus muslos y a gemir sicalípticamente. La polla de Marco era simplemente magnifica. Palpitaba dura, larga y gruesa, imponente, con su cabezota el doble de gruesa asemejaba a un hongo. No tenía ninguna duda de que era mucho más grande que el de su extinto marido, Ricardo. Carolina ahuecó en su mano las bolas de su hijo, las sintió gordas y pesadas, llenas del liquidó masculino que ella tanto echaba de menos y deseaba. Lentamente sus labios aprisionaron el miembro turgente, aterciopelado y cálido de su hijo. Arremangó el prepucio para hacerle lugar en su boca ávida y comenzó a chuparlo Marco gimió sintiendo los carnosos y suaves labios de su madre chupándole la polla. ¡Su ...