Una misteriosa, insólita y sorprendente familia V - Relatos Eróticos

Una misteriosa, insólita y sorprendente familia V

... padre, que él se quedaba con el Audi suyo y que ellas iban en el Seat Alhambra, en el que cabían sobradamente las maletas de las tres, y que tampoco les suponía ningún problema recoger a la amiga de Anastasia en Barajas, ya que había sitio suficiente incluso para ir muy cómodas, y pasarían más o menos a la hora que aterrizaba su vuelo. A partir de ahí, y para dejar libre su móvil por si le llamaba Dani, fue Anastasia la que llamó a Violeta y quedaron en estar en contacto para cuando tuviesen que recoger a Bianca.

Julio a pesar de que se iba haciendo el cuerpo a su nueva situación, no terminaba de ver cómo podía terminar todo aquello, pero aceptando que sus tías tenían razón, de que mejor iba acompañado a recoger a la novia de su hermana que solo, se acercó a la piscina y allí le recibieron con júbilo las cuatro elfas y el pequeño arconte, que le rodearon nada más llegar consiguiendo que de nuevo se enervase, pues todas iban absolutamente provocadoras con solo las braguitas de su bikinis, más bien unos tangas escandalosos, ya que incluida su hermana Belén, conseguían que sus ojos las persiguiesen a todas, admirando sus glúteos firmes y sus nada despreciables pechos que lucían descaradamente.

En ...

... ese momento sonó su móvil y tras atender a la llamada de Dani, quedo con ella en recogerla en Baeza a las dos y para ello le mando la ubicación donde le esperaría. Y entonces dirigiéndose a Giulia, la pregunto:

-¿Te apetece venir conmigo a buscar a la amiga de mi hermana?

-Pues claro que me apetece. – dijo gozosa la muchacha – pero ¿Puede venir con nosotros Andrea?

-Si ella quiere, pues claro, - entonces, recordando lo que le había dicho su tía Sofía, Julio las dijo – Pero tendremos que comer por el camino, una vez recojamos a Dani, y la tía Sofía me ha recomendado donde comer, incluso me ha dicho que me invitaba a mí y a mis acompañantes.

-Joder con mi madre, que esplendida. – dijo Andrea que no obstante ya se había levantado y le pregunto a Julio - ¿A ti te importa que vayamos cómodas?

-¿No pretenderás ir tal como estas? – dijo entonces Belén riendo guasona – Porque si vais con los melones al aire os estrelláis antes de andar cinco kilómetros. Supongo que alguna ropa os pondréis, más aún si vais a parar a comer.

-Pues claro, nos pondremos los vestidos que nos compramos el otro día. – dijo Giulia – son iguales, uno verde y el otro amarillo, y nos quedan genial. Bajamos en un minuto.