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Grupal con camioneros, nos cambió la vida (parte 1)
Fecha: 14/12/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Oscarello, Fuente: CuentoRelatos
... nos encontramos con Oscar. Nos esperaba parado al pie de su auto. Continuaríamos en el vehículo de él. A propósito, detuve nuestro coche a uno metros. Le abrí la puerta a Pao, ella abrió sus piernas, lo miro a Oscar, subió un poco más su pollerita y camino al auto de él, claro, abriendo su campera y mostrando sus tetas. Oscar no podía creer lo que venía, yo caminaba detrás de ella, felina, con risitas y veía la cara de sorpresa y risas de Oscar. Llegamos ante él, le dio un beso, y le dijo, ¿parezco una puta? Y reímos, jajaja. Yo le pasaba la mano por la cola de Pao y ella te tocaba la pija a Oscar. Un par de autos nos tocaron bocina y nos volvieron a la realidad. Reímos y subimos al auto de Oscar. Yo al volante, Pao a mi lado y Oscar detrás. Oscar ya estaba en contacto por mensajes con el camionero, estábamos en hora, Pao estaba mojadisima, y tirada a lo largo del asiento que había reclinado todo, con las manos de Oscar y mías manoseándola. La tarde estaba hermosa, el sol comenzaba a buscar la tarde, y reíamos y reíamos con Pao abriendo todas sus piernas sobre el tablero del auto. Llegamos a la rotonda final y de allí la RN 205, mirando el cuentakilómetros, Pao coloco el asiento vertical, sabíamos que era el momento. Con Oscar ya habíamos tenido sexo, ya habíamos vivido un trio, ya teníamos confianza, ahora era el desafío. Pao se recostó contra el interior de la puerta, mirándonos a Oscar y a mí. Oscar se acercó ubicándose en el medio de los asientos. La miré a Pao ...
... y le dije, ¿qué hacemos? Seguimos o nos volvemos. Oscar y yo la miramos a los ojos a Pao, ella junto sus labios, miro como dudando, levanto la pollera, abrió sus piernas; Oscar y yo coincidimos, le metimos la mano en la concha, y estaba empapada, le metimos los dedos, la miramos y los 3 dijimos: ¡vamos! El camión estaba detenido sobre la banquina, del lado contrario al que avanzábamos nosotros. Era un camión blanco, grande. Nos detuvimos en la banquina de nuestro lado, evite ponerme exactamente enfrente, teníamos poco más de 20 metros de distancia, además del cruce de la ruta (esto era algo que habíamos hablado entre el camionero, Oscar y yo), Oscar bajo y cruzó, el camionero salió del camión. Lo vimos bajar, la mire a Pao, era como nos habíamos dicho, para mí un poco más gordo. Grande, gordo, tosco, con una camisa a cuadros, de manga corta y unos jean bien debajo de su panza. ¡Le dije, Pao tenés tu galán! ¡Y es un oso!, mientras le revolvía las tetas. Oscar saludo al camionero, y casi inmediatamente nos hizo señas para que nos acerquemos. Bajé y le abrí la puerta a Pao, bajó y se puso la campera, se la cerró al frente y yo pensé que eso no era una buena señal, por suerte estaba muy equivocado, ¡muy mucho! Caminamos por la banquina, muy despacio, de la mano, pero separados, con las manos extendidas, para que ella se vea, se luzca más. Me puse de forma que Pao camine contra la ruta, le deje la mano y le tocaba la cola, caminábamos muy despacio, notamos que se acercaba ...