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Mi mujer y mi vecino cogen, eso me parte el alma (2/2)
Fecha: 15/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
Un poco antes de la cena estaba viendo un programa de entretenimientos cuando escucho la voz de Fernanda. -“Me acaba de hablar Rubén, dice que lo asaltaron y golpearon”. -“Qué lástima, seguro que la policía, a las pocas cuadras habrá agarrado a los ladrones”. -“No, fue acá en el edificio”. -“Será alguien que aprovechó el descuido de un vecino y entró por la puerta mal cerrada, habrá que redoblar los cuidados”. Todo este diálogo fue sin mover la vista del televisor. -“Voy a ver si necesita algo”. -“Bien”. Cuando volvió ni le pregunté el resultado de la visita, aunque noté su mirada desconfiada; sin darme por enterado seguí en lo mío, pero debía estar atento a cuando se reanudaran los encuentros. Para la próxima etapa de la venganza compré un soplete a gas de los usados en repostería, una jeringa grande con aguja y un litro de alcohol ordinario pues nada pensaba desinfectar, ahora a esperar el momento; y eso sucedió tres días después, cuando ella me avisó que ese mediodía llegaría un poco más tarde; ya alguna vez había usado la misma excusa para, en realidad, salir un poco antes del estudio y, ya en nuestro edificio, meterse en el departamento del vecino. Cuando la pantalla me mostró al vecino besándola después de cerrar la puerta, apagué el ordenador, acomodé todo de manera que nada indicara que yo había estado ahí, tomé el bolso preparado y salí a realizar lo planeado. Ya frente a la puerta del departamento del amante, apliqué el soplete un ...
... buen tiempo sobre el picaporte hasta que un papel, al ponerlo en contacto con el metal, se encendió; rocié minuciosamente con alcohol treinta centímetros de la parte baja de la puerta, haciendo que también el líquido ingresara por debajo, luego encendí y me fui a la terraza a esperar los resultados. A los cinco minutos comenzó el alboroto, esperé un poco más y bajé entrando a casa como si recién llegara; el trabajo había sido exitoso, Fernanda, algo desarreglada en vestimenta y peinado, lloraba poniéndose crema sobre la extensa quemadura sobre la palma derecha. -“Querida, ¡qué te pasó!” -“Me quemé la mano en la cocina”. -“Vení que te ayudo con la crema, una lástima justo la derecha, esa que usás para acariciarme la pija mientras me la chupás, de todos modos, como los labios los tenés intactos la diferencia será mínima”. -“No sé por qué ahora me hablás así, antes nunca lo habías hecho”. -“Es que leí un artículo en internet que habla de las maneras de revitalizar la unión de la pareja, y dice que estadísticamente la mejor opción para salir de la rutina es tratar a la esposa como a una puta”. -“No me gusta, me parece ofensivo”. -“No importa, ya dice el escrito que oponerse es una reacción normal y, que, ante eso, se debe actuar con más fuerza, así que más tarde, cuando se te calme el dolor, me la vas a chupar zorra de la gran puta, dándote maña con la mano izquierda o te cago a trompadas”. Dos días más tarde las socias del estudio recibieron invitación ...