1. Mi mujer y mi vecino cogen, eso me parte el alma (2/2)


    Fecha: 15/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... en el piso haciendo que ella, sentada encima, se clavara el miembro en la vagina, mientras otro la tomaba del pelo poniéndole su miembro en la boca y el tercero le lubricaba el ano. Parece que eso le produjo un instante de lucidez y se tiró a un costado, dirigiéndose a su amante.
    
    -“Hijo de puta, estás usándome como a una cosa junto a tus amigos”.
    
    -“Vamos nena, la puta sos vos no mi madre, bien que te encanta”.
    
    -“Qué basura que sos, lo que hice con estos dos fue por darte en el gusto, pero no más, me voy”.
    
    -“No creo que puedas oponerte a los tres”.
    
    -“Si grito fuerte, diciendo que me están violando, seguro que mi marido escucha y viene, y a él se lo van a tener que explicar”.
    
    -“Andate putita, tenés que limpiarle los cuernos a tu esposo”.
    
    -“Por supuesto que me voy y lo hago con la tristeza de no haberle hecho caso, verte dos veces fueron suficientes para saber cómo sos, y me lo dijo desglosando las etapas, primero querrá seducirte, si lo consigue te gozará un tiempo, luego te exhibirá ante otros, después te va a compartir como si fueras de su propiedad y, antes de dejarte, vendrá la degradación entre varios, esto último no va a suceder, me voy”.
    
    Cuando Fernanda empezó a vestirse tomé una hoja en blanco y escribí el cartel que le dejaría sobre la mesa del comedor «Son las dos de la madrugada, como es casi seguro que vendrás con ese olor que me descompone, ni se te ocurra entrar al dormitorio o al baño nuestro».
    
    Al día siguiente hablé con un abogado ...
    ... amigo para preparar la demanda de divorcio, quedando en entregarme los papeles a firmar tres días más adelante. Y esa noche aceptamos una nueva invitación del vecino para cenar en su casa, mi mujer dijo no querer ir, pero aceptó mis razones de no despreciar a quien le había dado trabajo y así una buena ganancia. Y en la hora indicada fuimos llevando un buen vino y postre, siendo recibidos por el dueño de casa junto a una joven, quizá apenas llegada a la mayoría de edad, pero con un físico poderoso, que exhibía de manera ostentosa; de haberla encontrado en la calle algún aquejado de arrechera seguramente le habría preguntado cuánto cobraba.
    
    -“Hola Fernanda, hola Rafa, un gusto tenerlos acá, les presento a Josefina”.
    
    Mi señora, que habitualmente es cordial y de cara sonriente en las reuniones sociales, esta vez saludó a los dos con cierta frialdad. Como era de esperar la cena fue una demostración de su poder económico, copas distintas para vino blanco, para vino tinto y para agua; cubiertos para entrada, para plato principal y para postre; servilletas de tela blanca en un brillante servilletero de plata, mantel con encaje; es decir un derroche de apariencia.
    
    Comida y bebida excelente fue acompañada con la exposición de grandezas que jalonaban su trayectoria personal y profesional, naturalmente matizada con arrumacos habituales entre aquellos que no son propiamente amigos o pareja estable, sino que comparten calentura y se complacen en mostrarla pues los presentes no ...
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