-
Cuando follé con mi suegra (1 de 3)
Fecha: 15/12/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Carloss, Fuente: CuentoRelatos
... estación de tren. Medio en sueños y no se en cuantos minutos de diferencia, la puerta volvió a abrirse y alguien se coló en mi cama. Me abrazó la espalda y posó torpemente su mano en mi paquete. Rápidamente noté que esa mano no era la de mi mujer ya que es más pequeña pero el caso es que al pensarlo mi erección fue instantánea e irremediable. Me volví para decir algo, pero ella me puso una mano en los labios para que no interrumpiera ese momento mágico. Nos besamos nerviosamente y se quitó el batín de la noche anterior dejándome ver por primera vez su hermosa redondez. Me desnudé con su ayuda y sin darme tiempo se abalanzó hacia mi pene y lo atrapó con su boca. Empezó a chuparlo con desesperación volviéndome loco de placer. Mis manos intentaban llegar a sus redondas tetas, pero me era complicado. Al poco Se incorporó sentándose sobre mí y poseyéndome. Su trasero empezó a moverse circularmente mientras me mostraba sus tetas en todo su esplendor. A pesar de la edad, se encontraban en perfecto estado, ligeramente caídas y algo más grandes de lo que imaginaba, pero con unos pezones abotonados que me invitaban a ser mordidos sin compasión. Me leyó mi pensamiento y sus manos guiaron a las mías y acaricié, chupé y mordí no sé cuántas veces aquellos senos calientes. Su prominente barriga descansaba sobre la mía mientras ella se concentraba en sus movimientos y mis manos se posaron en aquella masa ardiente y sensual. ¡Era increíble, mi suegra me estaba follando por primera ...
... vez! Le agarré el culo al sentir que iba a eyacular y le avisé. Ella me pidió que lo hiciera que le echara todo mi semen en su interior y así lo hice. Fue alucinante. Se tumbó boca arriba agotada por el esfuerzo, desparramada entre las sábanas. Mi lujuria no había hecho más que empezar y sin tiempo a coger aire me eché sobre ella para besarle el cuello, tetas, ombligo y por fin. Llegué a su poblado coño al que empecé a lamer chupando todos sus jugos anteriores. Ella empezó a respirar entrecortadamente llegando a una explosión de la que noté como más y más fluidos salían de aquel olvidado (pienso yo) tesoro. Por entonces mi erección estaba de nuevo en marcha y le di la vuelta sin miramientos. Bruscamente la puse a cuatro patas y me deleité de ver aquel enorme culo solo para mí. Sus muslos se ofrecían ansiosos mientras su espalda se encorvaba para el acto. Me pidió que la follara fuerte así lo hice. La cogí de su gruesa cintura y apreté mi pene en su interior. La entrada fue con facilidad ya que su lubricación era máxima. Era alucinante. Mis huevos chocaban una y otra vez contra su trasero haciendo un sonido peculiar. Mis envestidas pasaban de más rápidas a más lentas mientras recorría con mis manos su cuerpo. Aquel flan se movía en cada empujón y sus tetas descompasadas giraban alocadamente. De repente paré y me retiré. Le faltaba el aire, pero yo estaba eufórico. Me dirigí con mi lengua a su agujero y empecé a lamerlo, introduciéndola poco a poco en su interior. No ...