1. Una dulce venganza


    Fecha: 18/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: insaciable, Fuente: CuentoRelatos

    ... vi llorando.
    
    Ellos parecían muy comprensivos y de repente me di cuenta de que no quería estar en mi casa y verme con el idiota de mi marido.
    
    –¿Me podrían llevar a un hotel? –pregunté sin ninguna intención, pero al parecer ellos le dieron otra interpretación.
    
    Al llegar me bajé y les di las gracias, pero para mi sorpresa se bajaron también y esperaron hasta que el portero abrió la puerta. Lo tomé como un gesto de gentileza.
    
    Cuando el portero me preguntó para cuantas personas era el cuarto, uno de mis nuevos amigos se adelantó y dijo “Para tres”.
    
    Lo miré sorprendida y por un momento pasó por mi cabeza la idea de decir que no, que solo para una persona, pero una parte de mi se negó a hacerlo, solo sonreí y miré al portero que parecía más sorprendido que yo.
    
    Antes de entrar al cuarto, ya sabía lo que iba a suceder. Sin embargo, nunca había estado en una situación así y no sabía cómo comportarme, quería tener la experiencia de ser culeada por dos hombres a la vez.
    
    –¿Estas nerviosa? –me preguntó Enrique.
    
    –No sé qué hago aquí –dije realmente confundida.
    
    –No te preocupes, solo es una pequeña venganza para el idiota de tu marido.
    
    Esas fueron las palabras mágicas. No lo pensé más y me dispuse a disfrutar mi venganza.
    
    Juan me abrazó por detrás rodeando mi cintura y me besó el cuello.
    
    -Eres exquisita, no entiendo como tu marido puede desperdiciar semejante cuerpo, te calculo que tienes unos treinta años
    
    -No, tengo más.
    
    -¿Cuántos?
    
    -Cuarenta y ...
    ... cinco.
    
    -No los aparentas, estás muy preciosa y bien conservada. ¿No tienes hijos acaso?
    
    -Sí, tengo cuatro hijos.
    
    -Pero tu cuerpo está bien entero, tus tetas están preciosas y duritas todavía, ¿Te las mama poco tu marido?
    
    -¡Pruébalas y me dices si las usa mi marido!
    
    El deseo comenzó a apoderase de mí. El otro chico vino frente a mí y comenzó a acariciar mis senos por encima de la blusa. Luego se apretó contra mí y entre los dos comenzaron a acariciar todo mi cuerpo.
    
    Algo dentro de mí comenzó a ceder y sin prejuicios comencé a acariciarlos metiendo la mano debajo de sus ropas.
    
    –Parece que empiezas a disfrutarlo ¿verdad? La venganza es dulce ¿no? –dijo Juan sabiendo perfectamente lo que pasaba por mi cabeza.
    
    No dije nada. Me concentré en acariciar por encima de sus pantalones los bultos de carne que crecían sin límite. Poco a poco, Enrique comenzó a levantar mi falda y mientras con una mano acariciaba mis senos, con la otra deslizaba mi panty a lo largo de mis muslos. Moví mis caderas para facilitarle la tarea. Sus manos parecían ávidas de recorrerme, me sacó suavemente mi tanga dejando libre toda la entrada de mi vagina.
    
    Hacía mucho que no me sentía deseada, me prometí mentalmente que les haría pasar una noche inolvidable.
    
    –Pueden hacerme lo que quieran –dije– Esta noche soy suya.
    
    –¿De verdad eres nuestra? –dijo el chico alto– Porque de ser así, te advertimos que te vamos a usar en serio.
    
    Me di cuenta de que la forma en que usara las palabras ...