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Me cogí a la güera enfrente de su esposo
Fecha: 19/12/2025, Categorías: Confesiones Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
Una noche salí a tomar una copa, estaba muy estresado por el trabajo, así que quise distraerme un poco bebiendo alcohol, llegué al bar donde acostumbro a ir con mis amigos, pero esta vez fui en plan de solitario, quería reposar un poco. Pedí un par de tragos mientras observaba el paisaje, la gente estaba muy prendida, había muchas mujeres sexys, pero ese día solo quería relajarme. Estaba a punto de irme, cuando un tipo, un poco gordo de mi estatura y con acento de costa me dijo: G: Oye, no gustas una copa amigo, ¡ven a mi mesa! Yo lo miré de arriba abajo e ironicé por la situación, pero dijo algo que me convenció. G: ¡Es que mi esposa quiere decirte algo! L: ¿Ah sí? G: ¡Claro ven! Lo seguí hasta su mesa, en eso llegamos y una mujer güera, de ojos verdes, tetas medianas y lindas piernas estaba ahí sentada. Él me presentó con ella y ella me dio un beso en la mejilla y sonriendo me invitó una copa. Olía fenomenal, tenía estilo y aunque no es el tipo de mujer que me atrae, ella me hizo erizarme un poco. Z: Me llamo Zaira, ¡un placer! L: Luis, ¡el gusto es mío! Z: Le dije a Gerardo que fuera por ti y te invitara a nuestra mesa, te veías muy solo en la barra. L: Si, gracias, pero ya me voy, ¡un gusto chica! Z: Espera, ¿gustas una copa? ¡Solo una! No pude decirle que no ella tenía algo que te llamaba la atención, tal vez sus ojos o su color de piel que contrastaba con ambos, tomé la copa y le acepté otra, en un abrir y cerrar de ojos ...
... ya llevábamos media botella… Empezaron a hablarme de su matrimonio, de las crisis y de la situación que hacían por salvarlo, ella tenía 27 años y el 31, se casaron cuando ella tenía 25 y desde hace un año traían problemas. La música sonó y Gerardo me dijo que bailara con Zulema, y que a ella le gusta mucho y él no sabía, yo no me negué y la saqué a bailar, Zaira se movía muy bien, era muy buena bailarina, me sonreía a cada vuelta, me arrimaba su rico cuerpo, empecé a verla de otra manera… L: ¡Bailas muy bien linda! Z: Gracias, ¡tú igual! L: ¿Gerardo no se molesta? Z: No, ¡no te preocupes! Siendo su cómplice continúe bailando con ella, sus movimientos eran más explícitos, en cada vuelta me permitía ver su ropa interior que era de encaje, en la mesa Gerardo solo miraba, serio y sin hacer nada, yo continuaba bailando y acercándome cada vez más a su hermosa güera. Regresamos a la mesa y brindamos por la nueva amistad, ellos se miraban raro, así que fui al baño para darles su espacio, cuando regresé, ambos me esperaban como para despedirse, así que después de tan buen rato no me quedaba más que agradecerles, pero fui interrumpido por Gerardo. G: Gracias por la velada, ¡ahora queremos proponerte algo! L: Tranquilos, no puedo seguirla, ¡mañana trabajo! Z: No es eso, ¡mira es un poco penoso! L: ¡Pues solo díganlo y ya! G: ¡Luis quiero que te cojas a mi mujer! No me esperaba esa propuesta, es verdad que Zaira se veía caliente, pero no pensé que ...