Karoline & Kiera Cap16: El cuarto día y la carta - Relatos Eróticos

Karoline & Kiera Cap16: El cuarto día y la carta

... plug rojo cayendo al suelo mientras gritaba, "¡Oh, sí!". Las dos comenzaron a moverse, el dildo conectándolas mientras sus caderas chocaban rítmicamente, sus penes diminutos rozándose entre ellas. Los gemidos llenaban la habitación, "¡Kiera, más!", "¡Karoline, fóllame con eso!", mientras los espejos reflejaban sus cuerpos sudorosos y entrelazados.

Los hombres observaban en silencio al principio, sus manos ajustando sus erecciones. Andrei fue el primero en reaccionar, acercándose con el látigo en la mano. "Más rápido, zorras", gruñó, azotando el aire cerca de ellas, lo que las hizo acelerar. Dmitri, con una sonrisa salvaje, se masturbaba lentamente, su verga gruesa palpitando. Cuando estuvo cerca, gruñó, "Ven aquí, puta", y Kiera, obedeciendo, se deslizó del dildo, arrastrándose hacia él. Abrió la boca y lo tomó, chupando con avidez mientras él eyaculaba, su semen caliente llenándole la garganta. Karoline, aún con el dildo dentro, gimió al verlo, aumentando sus movimientos.

Luca fue el siguiente, su acento italiano resonando: "Sucia marica, ven". Karoline se apartó del dildo, gateando hacia él y envolviendo sus labios alrededor de su miembro largo y venoso. Lo succionó con fuerza, tragando su semen mientras él gemía, "¡Sí, traga todo!". Hans, con su expresión seria, se unió después, ordenando a Kiera que lo mamara. Ella lo hizo, lamiendo la punta antes de tomar todo, su semen escurriendo por su barbilla mientras él gruñía de placer.

Pierre y Andrei se turnaron ...

... después, cada uno llamándolas cuando estaban al límite. Pierre, con su sonrisa traviesa, hizo que Karoline lamiera su verga fina pero dura, eyaculando en su boca mientras ella gemía, "¡Más, dame más!". Andrei, con su látigo, azotó las nalgas de Kiera antes de que lo mamara, su semen salpicando su cara mientras ella sonreía. Ivan, el último, se acercó con calma, ordenando a ambas que se arrodillaran. Ellas obedecieron, compartiendo su verga gruesa, lamiendo y chupando juntas hasta que eyaculó, su semen cayendo sobre sus rostros y pechos.

La sesión continuó hasta el anochecer, las dos volviendo al dildo de doble punta entre turnos, sus cuerpos temblando de placer y agotamiento. Los hombres, satisfechos, aplaudieron al final, dejando a Karoline y Kiera jadeantes, sus caras y cuerpos marcados por el semen y el sudor, pero con sonrisas de triunfo. Sabían que el quinto día sería el clímax, y esta experiencia inesperada las había preparado para más.

A las 9:00 p.m., tras la intensa sesión en la habitación principal, Karoline y Kiera se levantaron de la cama circular, sus cuerpos exhaustos pero vibrando con una satisfacción profunda. Desnudas, con sus atuendos de encaje y látex rotos esparcidos por el suelo, tomaron el dildo de doble punta aún húmedo y brillante, un símbolo de su conexión compartida. Los seis hombres —Andrei, Dmitri, Luca, Hans, Pierre e Ivan— las observaron retirarse con miradas de aprobación, sus cuerpos relajados tras haber alcanzado el clímax. Sin mirar atrás, ...