1. El secreto de mi vecina Patricia


    Fecha: 04/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... colombiano. Poder elegir acostarme con cualquiera de esas impresionantes hembras me resultaba increíble. Pero con la última llegó la sorpresa. De entrada no la reconocí, porque como nunca la había visto vestida de esa manera, y además, en ese momento, lo último que les miraba a esas mujeres era la cara, no me di cuenta de que se trataba de Patricia, la mamá de Tomy. Llevaba un babydoll rojo, y un corpiño y tanga negros. Dio unos pasos, y se detuvo en la semipenumbra. β€” ¿Qué pasa Cami? Los clientes te están esperando. β€” la apuró la recepcionista. β€” Mirá Carlitos ¿no es…? β€” dijo mi amigo, atónito. β€” ¡Sí, es tu vecina, la mamá de Tomy! Levanté la vista y la vi. Sus ojos azules, pequeños, y su hermosa piel ámbar eran inconfundibles. El pelo negro, estaba recogido, y le resaltaba sus hermosas facciones. β€” Patricia. β€” Balbuceé. Ella me miró, horrorizada por la coincidencia, y dio un paso atrás. β€” ¿Qué pasa Cami, los conocés? β€” le preguntó la recepcionista. β€”Yo no voy a pasar con ellos. β€” Dijo Cami (Patricia). β€” Dejate de joder. β€” intervino Juan. β€” Si ya te descubrimos. Ya sabemos que sos una puta. β€” El chico tiene razón Cami. β€” Intervino la recepcionista. β€” Además, vos acá estás para atender a los clientes, si ellos quieren pasar con vos, lo tenés que hacer, y si te conocen, te jodés ¿o querés que le cuente al jefe que te retobaste? Patricia miró con miedo a la recepcionista, y finamente cedió, y se fue a parar al lado de sus compañeras. β€” No te preocupes, no le pienso contar a ...
    ... nadie que trabajás acá. β€” le dije, para calmar un poco los ánimos. Pero ella no contestó, sólo se limitó a mirarme con aire gélido. β€” Bueno chicos, ¿con quién quieren pasar? β€” preguntó la recepcionista. β€” Con Cami. β€” dije sin dudarlo, utilizando su β€œnombre artístico”. β€” ¿cuántas horas papito? β€” Una hora. β€” dije, entregándole los cincuenta pesos. β€” Después ella te lleva el cambio. β€” dijo la recepcionista, y dirigiéndose a mi vecina, agregó. β€” Camila, al tres. β€” ¿Y vos bombón? β€” le preguntó a Juan. Juan me codeó. Estaba eufórico. β€” qué suerte tenés guachín. Hoy te la dejo para vos sola. Otro día vengo a culearme a la putita de tu vecina. Paso con Jimena. β€” Por acá. β€” nos indicó la recepcionista. La seguimos hasta llegar a un cuarto. β€” vos acá. β€” Le dijo a Juan, que se despidió de mí con un guiño de ojo. β€” A ver vos, vení. β€” caminamos unos pasos y doblamos. β€” Acá bebé. β€” la puerta se abrió, mostrando una habitación igual de oscura que la sala de espera y los pasillos. Sólo una luz rojiza bañaba el cuarto, y me dejaba entrever la cama de dos plazas y el ropero que estaba a un costado. β€” Ponete cómodo que ya viene Camila. β€” Me dijo la mujer, y cerró la puerta dejándome solo. Decir que estaba ansioso sería quedarme corto. Estaba a unos minutos de poseer a la mujer que más deseaba ¿Qué probabilidades había de encontrarme con mi vecina en un puterío? Lo que me estaba sucediendo era como haberme sacado la lotería. Y lo mejor de todo, era que podría volver a visitarla cuando quisiera. Me ...
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