1. El secreto de mi vecina Patricia


    Fecha: 04/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... senté a los pies de la cama, sobre el colchón. Había un silencio profundo que aumentaba la expectativa. Sólo se oía el ruido de los autos que pasaban por la calle frente a la ventana, y el televisor que ahora sonaba como un murmullo. La boca se me hizo agua, enseguida tendría a Patricia. Al culo de Patricia, al sexo de Patricia, a sus tetas, a su piel. Ella sería mía por una hora entera donde podría hacer lo que se me plazca con su cuerpo. Mis manos transpiraban y noté que mis piernas temblaban, y mi corazón palpitaba con furia. De repente escuché el sonido de unos tacos chocar con el piso. Cada vez sonaba más fuerte, hasta que se detuvo un instante, y por fin, el picaporte de la puerta giró, y entró ella. Me miró con indiferencia. Caminó hasta la mesita de luz, y dejó ahí los veinte pesos del cambio. β€” ¿Qué hacés todavía vestido? β€” Me preguntó. A pesar de su mal humor, yo siempre la había conocido así, así que no me importó. Estaba preciosa, su cuerpo escultural era intimidante bajo la luz mortecina de esa habitación. β€” Perdón, no sabía que querías… β€” ¿Pasaste al baño? β€” me interrumpió. β€” No… β€” le contesté. β€” Pasá y lávate, que veo que estás todo transpirado. β€” Bueno. β€” le dije, y entré por lo única puerta que había en el cuarto, seguro de que era el baño. Una vez adentro me sentí confundido ¿quería que me duche? Eso llevaría tiempo, pero era cierto, estaba bastante transpirado, abrí la puerta y le pregunté. β€” ¿Y si nos duchamos juntos? β€” No, pendejo. β€” Me dijo con ...
    ... impaciencia. β€” Lavate en la bacha y listo, además la ducha no funciona. Sólo había jabón líquido. Me saqué la remera y me lavé con abundante agua en las axilas, y luego me enjaboné. β€” ¿Qué hacés que tardás tanto? β€” preguntó Patricia, y acto seguido abrió la puerta. β€” ¿Qué estás haciendo? β€” Me dijiste que me lave… β€” No, pendejo. β€” me dijo. Se acercó y se puso a mi espalda. β€” a ver. β€” Me rodeó la cintura con las manos y me desabrochó el cinturón, y el botón del pantalón. β€” ¿ves? β€” dijo. β€” la tenés toda traspirada y llena de presemen. Seguro que venías al palo. A ver, acércate más a la pileta. β€” corrió la piel de mi sexo, dejando el glande totalmente a la vista. β€” Al menos tenés una linda pija. β€” dijo, sacándome una sonrisa, y logrando que la tensión fuera disminuyendo. Mi miembro no llegaba hasta el chorro de agua, así que Patricia puso la mano en forma de jarra y con el agua que juntó, me enjuagó el pene. Lo hizo una y otra vez, mientras que mi sexo se endurecía. Puso un poco de jabón líquido en el glande y volvió a enjuagar varias veces. β€” la tenés bastante grande. β€” Me felicitó. Luego rodeó el tronco con el dedo índice y el gordo, hincándome un poco con sus uñas. β€” Mirá pendejo, yo no quiero que mi hijo, ni nadie que me conozca se entere de que trabajo acá. β€” Ya sé, no te preo… β€” ¡Callate! β€” Me interrumpió, presionando más fuerte. β€” yo conozco a mucha gente. Si llegás a abrir la boca, voy a hacer que te lastimen. Y a tu amigo también. β€” Te juro que no vamos a decir nada. β€” le ...
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