Destino equivocado
Fecha: 05/05/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Dany, Fuente: CuentoRelatos
Por fin habían llegado las vacaciones de agosto, y Joaquín, que no había hecho planes acerca de dónde las pasaría, se quedó en la cama después de despertarse, haciendo un esbozo de última hora en su mente, decidiendo dónde las pasaría. No estaba seguro, y, por un momento, casi se decidió a quedarse en su casa; pues recordó que las playas están muy congestionadas, con una agobiante cantidad de personas. Mejor se dedicaría a ver algunas películas en la tranquilidad de su hogar y a leer algunos libros. Mientras razonaba sobre aquella cuestión el móvil, que había dejado sobre la mesita de noche, reclamó su atención. —¿Sí? —Hola, ¿Joaquín? Soy yo, tu prima Evelyn. —Sí, lo sé… ¿Qué brillantes ideas tienes para estas vacaciones de agosto? —preguntó con cierto desgano Joaquín. —Pues... nada, es que hemos decidido ir a pasar un par de semanas a la Provenza. —¿A Francia? —No… a la Antártida, ¿a dónde más podría haber otra Provenza? —respondió Evelyn en tono sarcástico. —Vaya, no te burles de mi asombro. Pero en realidad no me interesa. —Bueno tú te pierdes de acompañarnos durante las dos semanas que estaremos de viaje. Pero si te decides, podemos conseguirte un vuelo en… —De verdad que no me interesa, te lo agradezco, pero no me interesa. —Bueno, allá tú con lo que decidas hacer en estas vacaciones… —De verdad Evelyn, prefiero quedarme a descansar aquí, tranquilo en la casa, donde no tengo que vérmelas con las aglomeraciones de las playas ni de los aeropuertos. —Vaya, como quieras… a ...
... propósito, la casa de montaña de mi padre va a estar desocupada durante toda la temporada, si quieres puedes irte a pasar unos días allí. —De verdad Evelyn, te lo agradezco pero quizás me quede toda la vacación de ermitaño, aquí encerrado en mi choza. —Que aburrido… pero bueno, es tu decisión… chao. Joaquín estaba decidido a pasar otro rato en la cama cuando de pronto una idea cruzó por su mente: «¿un vuelo? —Se preguntó— sí, ¿por qué no? Pero no a Francia sino a un lugar más lejos». Se levantó, y así, únicamente vistiendo los boxers, se fue al estudio, abrió una de las gavetas de su escritorio y sacó unos panfletos turísticos que le habían dado en varias agencias de viajes. Comenzó a revisarlos, despacio: San Petersburgo, Estocolmo, Roma… Buenos Aires, Santiago de Chile… mientras buscaba un lugar que le llamase la atención encontró un folleto con un sitio que le pareció atractivo, una isla en medio del Caribe: Antigua, un paraíso con playas de arena blanca, cielo azul, agua cristalina y palmeras. Siguió examinando el panfleto y encontró que había pequeñas embarcaciones para una breve exploración alrededor de la isla y, por si eso fuera poco, también se podía disfrutar de buceo turístico. Se decidió en un instante, iría a esa isla a pasarse un par de semanas, sin importar lo que aquel viaje de placer implicase económicamente para él, no iba a ponerse a hacer cálculos de lo que le costaría, pues eso le arruinaría sicológicamente el disfrute de aquella vacación en el Caribe, al ...