Tan chico y tan puto.
Fecha: 10/05/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: putitopasdf, Fuente: SexoSinTabues
... nuevamente, como siempre, posando mi mejilla en su verga, disfrutándola. Lo miré y el me vio. Yo mirando hacia arriba, contemplándolo y el viéndome hacía abajo, sonriendo. Me agarró la mejilla con su mano y con un pulgar agarró mi labio inferior “Bien hecho” me dijo. Esa noche no dormí y decidí por fin ir más lejos. Al día siguiente me quedé practicando como todos los días. Soy un niño delgado, de ojos claros, tez blanca y guapillo. Mis padres son atractivos y heredé lo mejor de cada uno. Tenía mi pegue con las chicas, sin embargo no me importaban y me escudaba con mis estudios y el futbol. Termino la práctica como cualquier otro día. Les había pedido permiso a mis padres para ir a casa de un amigo a una pijamada. Obviamente era mentira. Todo fue planeado: Ese día el profesor me dijo que haríamos un poco de entrenamiento en las canchas cerradas y así fue. Me cansaba mucho pero eran mis días preferidos por que el profesor hacía los ejercicios conmigo y sudaba mucho. También podía olerlo mucho. El entrenamiento terminó y como cualquier día nos bañamos, separados para mi mala suerte. Salíamos de la escuela y a diferencia de otros días seguí al maestro a su carro y me despedí nuevamente de él, sin embargo, esta vez restregué mis mejillas en su verga. La respuesta fue diferente a como yo la esperaba. Siempre me agarraba de la nuca suavemente, pero esta vez, sentí como rápidamente su verga se empezó a poner dura. Sentí como ligeramente su mano en vez de alejarme o no empujarme ...
... me movió un poco a su verga. Me extrañó un poco, pero no negué su movimiento “Hasta luego profe” le dije más que feliz “Espera Raulito ¿te vas a ir solo a tu casa? Ya es noche, deja que te lleve” Como negarme a tal oferta. Me subí a su carro. Durante el corto camino pude ver su verga todavía algo erecta y como se la intentaba acomodar “Mis padres no están en casa. La verdad me da un poco de miedo quedarme solo” El profesor no dejo de mirar al frente “¿Quieres ir a mi casa? Ahí no estarás solo” La felicidad no cabía dentro de mí “¿Puedo profe? Mis papás están en una fiesta y no llegan hasta mañana. Además usted es como un padre para mí, no creo que se molesten” “Tranquilo, no les diré. Será nuestro secreto ¿Vale?” Era un día perfecto. Llegamos a la casa del profe. Era una casa más chica que la mía pero no me importaba porque él estaba ahí. No pasó nada durante la noche, nada en realidad tenía que pasar, yo estaba contento con estar en casa del profe y con él, eso era todo. Llegaron las nueve, mi hora de siesta “¿Ya te quieres dormir Raulito?” me preguntó el profesor “Sí” dije somnoliento. Me llevó a su cuarto “No tengo pijamas para ti” “No se preocupe, duermo en calzoncitos y playera” era verdad, el pueblo era algo caluroso y las pijamas me hacían sudar mucho. Me acosté sin taparme y caí dormido. De repente me despertó un movimiento en la cama. Era el profesor. No me moví ni me extrañé, era su cama. Todo cambió cuando sentí unos labios en mi hombro. Volteé a ver al profesor. ...