No sos macho hasta que no la probás
Fecha: 20/05/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vergúenza que me viera o yo verlo. Me acosté boca abajo y puse un almohadón debajo de mi vientre como había leído en varios relatos. Me quedé quieto, mi corazón galopaba y parecía rebotar contra el colchón. Finalmente se abrió la puerta del baño, entendió lo de la oscuridad, pero dejó la luz prendida y la puerta entreabierta. Se acercó a la cama y dejó un pote de vaselina en la mesita de luz. –El muy hijo de puta ya estaba preparado- pensé para mis adentros. Me puso una mano en las nalgas y yo pegué un respingo. -Quedate tranquilo- me dijo- no te voy a lastimar, donde no quieras seguir me avisás y listo- -Está bien- le contesté- pero hacelo de una vez y dejate de franela- aún quería defender en algo mi virilidad. -Si no te preparo el culo te va a doler más- me dijo razonablemente, con tono de doctor a paciente. No pude menos que reírme ante su salida. Dejé de reirme en cuanto sentí que se inclinaba y empezó a pasar su lengua por mi raja, abrió mis nalgas y rápidamente llegó a mi ano. Debo confesar que eso fue el principio de mi perdición. ¡Que sensación estupenda!. Nunca me habían lamido el culo, es la sensación más erótica que sentí, me relajé y empecé a gozar. Dándose cuenta José se entretuvo un buen rato con su lengua amagando meterla por mi agujero, haciendo presión, pasandola todo a lo largo. Después de un rato embadurnó sus dedos con la vaselina y comenzó a meter el dedo índice. A mí me volvieron los nervios y me puse tenso. -Quedate tranquilo, no te voy a lastimar, ...
... si te duele avisame y paro- dijo, mientras aprovechaba la distracción para meterlo hasta el fondo. Tuvo una enorme paciencia ya que estuvo un buen rato ablandándome el ano. De reojo yo veía que tenía su pija bien parada y me asustaba un poco. Finalmente se puso en cuatro patas detrás de mí, se puso vaselina en su pija y un poco más en mi culo y la empezó a meter. Sentí un poco de dolor hasta que entró la cabeza y él paró tantas veces como yo me quejé. Después pareció como que su pija resbalara con toda la vaselina y tuve una sensación placentera, muy difícil de describir. Sentí que su pubis se apoyaba en mis nalgas y abrí mis piernas para que entrara más, me sentí muy puto al hacerlo y a él le dio ánimo para tomarme de las caderas y empujar con fuerza. En un momento que me quejé la sacó por completo para ponerse más vaselina y yo quedé con mi culo palpitando, esperando que lo ocupara de nuevo, todo un puto. La volvió a meter y esta vez resbaló sin dolor hasta el fondo, fue como una corriente eléctrica placentera que llegó a mis huevos y los contrajo en un amague de eyaculación. A partir de allí empezamos a coger como locos yo acompañaba su vaivén con movimientos de mi culo, me pasó el brazo por la cintura para adaptarnos al mismo ritmo. Finalmente dio un empujón más fuerte y se quedó quieto mientras eyaculaba, sentí sus espasmos dentro mío. Yo sentía que los huevos me reventaban de la excitación, aunque mi pija estaba solo morcillona. El hizo unos movimientos más y comenzó a ...