1. Historias de oficina (22) Adiós


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... escena contrastaba perfectamente con lo otro que veían mis ojos, una hilera enorme de chicas siendo guiadas hacia uno de los sectores de la propiedad. - Señorita Márquez –me di vuelta rápidamente encontrándome con un guardia– ¿Quiere acompañarme por favor si así lo desea? - Si, gracias. Lo sigo –por supuesto que lo deseo, esposada y ante un guardia armado con una ametralladora creo que cualquiera desearía seguir las reglas. Su español era muy tosco y muy evidente que apenas si sabía hablarlo, en ningún momento me puso una mano encima siempre que me hablaba lo hacía de la mejor forma que le salía. Atravesamos ese bello lugar usando un camino de piedras blancas, tuve la oportunidad de ver una pareja de pavos reales. Fue como una gota de alegría en un sombrío mundo de tinieblas, ingresamos a la propiedad adornada con bellas pinturas e imponentes estatuas de mármol. Sentía como si de repente hubiera ingresado a un mundo de perfección y serenidad. Me escoltaron hacia un ascensor finamente decorado, tuve deseos de recorrer toda propiedad, aunque sabía que tarde o temprano me encontraría con las otras chicas secuestradas, todo el sueño caería como si fuera un débil castillo de cartas. Las puertas del ascensor se abrieron mostrando un interior cuyas paredes retrataban una escena del tormentoso viaje de Odiseo - Gusta entrar por favor. No respondí nada solo entre, subimos al tercer piso, las puertas se abrieron mostrando una enorme habitación tan ostentosa como el resto, en una de ...
    ... sus paredes había un gran balcón desde donde se podía apreciar toda la propiedad y la hermosa piscina que allí había. - Srta. Márquez, buenos días. - Buenos días, habla usted en un perfecto español. - Conozco bien el mercado que manejo Srta. Márquez. Me da gusto saber que los rumores eran ciertos. Es usted increíblemente bella. –dijo acercándose un sujeto extraño - Gracias. Me gustaría saludarlo, como se debe, pero… –sacudí mis esposas haciendo que sonaran– no me siento cómoda. - Por supuesto– dijo señalando a uno de sus guardias –retírenle esas esposas ridículas. La persona que me había guiado hasta ahí se acercó sacando una pequeña llave de su bolsillo, estudié la situación una y otra vez hasta que por fin creí tener la solución. En cuanto el segundo cerrojo se abrió di un fuerte golpe contra el estómago del desprevenido guardia. Tomando el arma que tenía preparada en su cintura. - ¡Quieto! –Ordene contra el educado sujeto. - ¿quiere acompañarme con una taza de té? –dijo señalando la mesa servida. Uno de sus empleados acababa de dejar la reluciente fuente de plata donde reposaba ambas tazas. - No se mueva, es una orden. Los hombres a su servicio intentaron rodearme, pero mi nuevo… amigo “Si pudiera decirle así” se encargó de mantenerlos quietos. - Tranquilos, la Srta. Márquez no hará nada estúpido. - No apostaría por ello. - Srta. Márquez –comenzó diciendo mientras se acercaba, manteniéndose completamente frio aun cuando mi arma apuntaba constantemente a su cabeza– dígame una ...
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