1. Historias de oficina (22) Adiós


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... cosa ¿Qué gana asesinándome? - Libertad y terminar con la pesadilla de todas esas chicas que vi. - Mentira. Aunque me mate el destino de esas chicas no cambiara en absolutamente nada, piénselo. Por otro lado, usted estará rodeada por mis hombres y aun al alcance de Sara. Como ve ninguno de los puntos que expone se resuelve. Dude durante unos segundos, pero no baje mi arma, solo ponía mi mejor cara de niña mala esperando que alguna clase de solución se presentase. - Le demostrare algo más –prosiguió– podría mirar hacia allá ¿ve la ventana que tiene esa torre? - La veo –dije mirando de reojo– ¿Qué tiene? - Observe como se debe. Tranquila –di vuelta la cabeza en dirección hacia donde me decía– ¿Puede ver un hombre allá? Eso es un francotirador, por si no está familiarizada con el termino le explicare en forma simple que es un tirador de élite con un arma de increíble precisión ¿podría mirar a la terraza este? Se encuentra detrás de usted –di vuelta la cabeza con mayor recelo, pero ya bajando mi arma- ¿puede ver el otro francotirador? Baje mi arma sin esperanzas, no había nada para hacer, el sujeto sonriente simplemente señalo la mesa una vez más, esta vez acepte. Entregué el arma al bandido que se la había sacado y me dispuse a seguir el juego de mi anfitrión. Tomamos asiento manteniendo un fuerte cruce de miradas. Tomo una de las tazas poniéndola frente a mí. - ¿Una cucharadita? –pregunto - Dos –susurre. Las agregó revolviendo dos o tres veces. Mire la taza con recelo, si ...
    ... esperaba que me tomará eso podría morirse ahí mismo ese hijo de puta. Sonrió con picardía, revolviendo nuevamente y dio un pequeño sorbo. - Créame Srta. Márquez si quisiera matarla ya lo habría hecho. Además, envenenar no es mi estilo. - ¿Cuál es su estilo? - Prosigamos –dijo sonriendo– sepa que aunque podría ofenderla, no es mi intención asesinarla. - ¿qué quiere entonces? Porque yo en este momento lo único que quiero es volver a casa. Hay gente buscándome. - Justamente sobre eso quiero hablar –dijo manteniendo siempre la misma calma– ¿quién la busca? - Que te importa. Dejó escapar una pequeña risa. Su actitud distaba mucho de ser la de una persona peligrosa. En ningún momento busco intimidarme. - ¿Puedo tutearte? –dijo dando un sorbo a su te amargó. - No tengo opción realmente. Me gustaría poder hacer lo mismo, aunque no sé cómo se llama. - Emilio Santos –dijo tendiéndome la mano. - Mariza Márquez –dije aceptando. - Verás mariza, recientemente llegue a un acuerdo con Sara, pero este negocio tiene un obstáculo. - Lo sé, soy el problema que tienen en este negoció de mierda. - Yo ofrezco algo que tiene clientes importantes y muy exclusivos, pero como entenderás un conflicto de estas magnitudes no deja que el negocio prospere como espero. - Me alegro muchísimo. - Busquemos llegar a un acuerdo - ¿De qué forma? - No somos enemigos, solo tenemos distintas formas de ver una misma realidad. “Si, sígueme convenciendo de esta mierda. Hijo de puta” Tomamos el té acompañándolo con exquisitos ...
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