1. Mi secretaria


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    - El empleo es suyo Cerró la carpeta con un golpe seco, la dejó encima de la mesa y apoyó ambas manos sobre ella. - De todos los candidatos usted ha sido el que mejor ha superado todas las pruebas. Creemos que el puesto de jefe de la sección de ventas le vendrá como anillo al dedo. Pero recuerde que en esta empresa somos un equipo. Las individualidades no están bien vistas porque... Bla, bla, bla. Siempre el mismo cuento. Cada vez que entras a trabajar en una empresa te sueltan las mismas tonterías. ¿Tendrán alguna grabación debajo de la cama diciendo lo mismo todas las noches para aprendérselo de memoria? El caso es que mientras el encargado de personal no dejaba de hablar, yo me sentía inmensamente contento. Aquel puesto era el más importante que había tenido que desempeñar hasta entonces. Era la primera vez que me asignaban un despacho propio y secretaria personal. Iba a tener a mis órdenes a toda una plantilla de empleados, y lo único que debía de hacer para ascender en la empresa era aumentar en un 10\% el nivel de las ventas. Pocos minutos después, me dirigía hacia lo que para mí era la culminación de una vida de estudios y malos tragos. Había tenido que renunciar a muchas cosas para estar allí. Había pasado por trabajos de mala muerte con el fin de conseguir experiencia y un curriculum. Pero al final lo había conseguido. Cuesta mucho entrar en el mundillo, pero una vez dentro, lo único que puedes hacer es seguir subiendo. Ni siquiera la historia que me habían contado ...
    ... sobre el señor Diez, mi antecesor en el cargo, podía ensombrecer mi ego en aquellos momentos. Según decían, a los pocos meses de estar trabajando allí, el estrés pudo con él. Un día no se presentó a trabajar, y en su lugar envió una nota diciendo que se iba a realizar un viaje por el mundo. Dejó su empleo, a su mujer y a sus tres hijos y nadie le había vuelto a ver. Mi secretaria no estaba en su sitio. Tenía un pequeñísimo despacho a las puertas del mío, así que nadie podía pasar dentro sin que ella le diera permiso para hacerlo. Pero si no estaba allí, no podría cumplir ese encargo. No quería comenzar siendo duro con ella, pero le daría una pequeña regañina en cuanto pudiera. A los empleados hay que demostrarles la fuerza de carácter de uno. Tienes que causar respeto para que te respeten. Mi despacho no era enorme, pero desde luego era mayor que cualquier otro sitio donde hubiera trabajado. Incluso era mayor que aquella habitación de mi anterior trabajo donde estábamos metidos siete personas durante todo el día. Miré por el ventanal. La vista era relajante y tranquilizadora. A lo lejos podía distinguir... - Buenos días Aquella voz me sobresaltó. Me volví para encontrar a una atractiva mujer de unos treinta años, alta, morena y con un rostro inquietante. Iba vestida con la corrección que aconsejaba la empresa. Una blusa blanca de manga larga, botones abrochados hasta el cuello, falda oscura por encima de las rodillas, medias negras y zapatos de tacón, aunque sin exagerar. - ...
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