1. Dos tazas de café...


    Fecha: 26/05/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Era la experiencia más satisfactoria que podría experimentar, el placer era tan inmenso que estaba a punto de correrme, pero tú lo notaste y paraste."No, cielo, te quiero dentro de mí, ahora ya sabes lo que una polla puede hacer sentir, y yo no quiero perdérmelo hoy" Yo seguía igual de empalmado. Empezaste a sentarte cuidadosamente sobre mí y te clavabas hasta casi la mitad, mientras tus quejidos me ponían a cien, te acuclillabas, para que viéramos ambos como mi polla entraba y salía de ti. En una levantada muy alta se salió, pero entró, ahora sí, completa, en tu vagina. Te deslizabas de adelante hacia atrás, sentía los huevos húmedos de tu flujo y te avisé que terminaría, que me iba a correr. Tú te levantabas abriendo la boca, para chuparme la verga, ansiosa por esa leche. "Has tardado mucho", así que teníamos que seguir con lo anterior, "ponte a cuatro patas, como una perra en celo, quiero follarte como si fueras un puta, mi puta" y mientras te tomaba de las caderas, metía toda mi verga en tu húmeda vagina, los golpes que daba, hacían sonar tu piel con la mía, como verdaderas bofetadas, no vacilaba en alternar mis dedos y el vibrador dentro de tu culo mientras con otra mano te acariciaba los pezones, apretaba fuerte tus senos y a ratos te tomaba del pelo, y te tiraba para atrás para arrancarte un beso. Te tenía toda para mí, dominada, y quería disfrutar de ello, excitándome el hecho de que tú también lo harías, porque gemías de una manera indescriptible, subyugada por el ...
    ... placer, por el goce que sentías en ese momento. Nuevamente te avisaba de mi eyaculación y bajabas y girabas y abrías tu boca recostada con los ojos cerrados, esperando el manantial, como si fuese un deseo contenido empecé a derramar mi leche que cayó en tu boca, tendías a subir para seguir chupando, pero esquivaba tus labios para aprisionar mi pene entre tus senos, que lo abrazaban tibiamente, me giré y empecé a lamer tu clítoris, a chuparlo, completamente desesperado, mientras tenias todo mi pene dentro de tu boca, ni gemías, tu respiración se hacía dificultosa, te ahogabas con mi sexo dentro de tu boca, mamabas ansiosamente mientras tu espalda se arqueaba con un orgasmo interminable, mi lengua se deslizó una vez mas de abajo hacia arriba, tus labios mayores y menores se apretaban como tratando de darme un beso. Terminada esa tarea, de nuevo me incorporo y levanto tus piernas para ponerlas en mis hombros y te la clavo con toda la fuerza que jamás hayas sentido: te lo metí todo, absolutamente todo. Mis manos agarraban tus nalgas y con ellas me ayudaba para seguir hundiéndome en ti, hasta casi atravesarte, a veces lo sacaba un poco y me pedías a gritos más y más y yo te obedecía, y te daba todo lo que me pedías. Ambos nos corrimos como animales, era una explosión de deseo, lujuria, placer,…cayendo extenuados, húmedos, sudorosos, jadeantes y sedientos. Me besaste en la boca, pero ese beso era distinto: estaba cargado de ternura y agradecimiento. Me encendiste un cigarro y con voz ...