Manuela (08)
Fecha: 30/05/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mientras atiendo a los clientes que salen". La verdad es que he quedado impresionado por esta cuarentona guapísima ("tuteémonos, vamos a ser muy buenos amigos") de voz ronca, acariciadora y sensual; con una melena negra, larga, esplendorosa y unos ojos negros grandes como puños. "Vaya, vaya; así que tu también has quedado hechizado por Luisa. Voy a tener que ponerme celosa, al fín y al cabo yo te ví primero". La risa de Sandy me permite disimular un poco mientras como el mejor cocido que he conocido en muchos años. Un buen café, dos copas bien puestas y una conversación alegre y amigable con dos simpáticas y hermosas mujeres son algo parecido a la idea que uno tiene acerca de lo que debe ser una sobremesa. "Esta noche no abrimos, he dado descanso al personal por lo de la huelga. Va a estar todo muy muerto, así que invitaremos a Luis a comer arriba en nuestra casa. ¿Tienes que volver al hotel?". Nos despedimos hasta la hora de la cena. Sandy me lleva al hotel (creo que durante el viaje en moto me he agarrado más de la cuenta, apretando las tetas por encima de ese grueso mono de cuero) y pide unas copas al servicio de habitaciones mientras yo intento telefonicamente dar con los contactos oportunos. Según cuelgo el teléfono y me giro quedo deslumbrado ante la imagen que me sorprende. Sandy se ha desnudado por completo y antes de besarme dice: "tengo que aprovechar ahora. Te he visto muy quedado con Luisa y esta noche no se si no me vais a poner los cuernos, so guarro". Me ...
... desnudo mientras la joven no deja de besarme. En cuanto descubro la polla se arrodilla y empieza a lamerla con ganas, coge mi culo con ambas manos y lo aprieta con fuerza. "Qué bueno estás, te voy a follar hasta que no pueda más" "Tu sí que estás buena, ven, quiero meterla en tu coño". Se pone a cuatro patas sobre la cama y me ofrece un chochito mojado y caliente. Le estoy dando buenos pollazos cuando suena el teléfono, lo que me obliga a sacársela, sentarme en el borde de la cama y apoyarme en el cabecero cuando Sandy se pone a comerme el cipote arrodillada entre mis piernas. Me entero poco de lo que me cuentan, pero saco en claro que al menos una semana tendré que permanecer en París. En este preciso instante, con una chavala mamándome la polla, me parece perfecto y, quien sabe, quizás esta noche tenga a la madre abierta de piernas. Panorama perfecto. "Ven; vamos a chingar, sube a mi rabo". No lo tengo que repetir; enseguida me cabalga rápida y profundamente al mismo tiempo que me agarro a sus preciosas tetas ("cógemelas y aprieta"), cierra los ojos y habla en voz muy baja ("mamá, zorra, este es para mí; su leche es mía, golfa; yo me lo tiro primero") hasta que se corre dando un par de sonoros suspiros. Tras unos segundos de obligado descanso en los que no dejo de tocarme Sandy se echa sobre su costado para que la penetre. "A lo mejor tendríamos que usar condones, pero nunca llevo. Házmelo como quieras" Ese culito redondo, moreno, prieto es muy tentador, aunque tengo problemas ...