1. Juana, la princesita de papá


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... -Últimamente estás muy seria conmigo. ¿Qué te pasa? -Nada. -Algo es. -No es nada, abuela, no es nada. -En fin, serán imaginaciones mías. ¿Quieres ver la gargantilla, la pulsera y el anillo de diamantes que vas a heredar algún día, princesita? -¿Quitaste las joyas del banco? -Sí. -Papá dice que están asegurados en medio millón de euros. ¿No tienes miedo que entren en la mansión y te roben esas joyas? -No. Tú los has dicho. Están aseguradas. ¿Quieres verlas? -Me encantará ver esas maravillas. -Dame un par de minutos. Ven a mi habitación, y las verás. A los dos o tres minutos, Juana, llamó a la puerta de la habitación de su abuela, y preguntó: -¿Se puede? -Pasa, princesita. Juana entró a la habitación y vio a su abuela encima de la cama vestida sólo con la gargantilla, la pulsera y el anillo. -¡Oh, oh! No soy lesbiana, abuela. -Ni yo, pero de vez en cuando me gusta que me coma el coño una jovencita. -¡Eres una enferma! No te bastó con follarte a tu hijo que ahora te quieres follar a tu nieta. -Así que era eso. Ya sabía yo que nada no podía ser. -Sí, era eso. -¿Entonces no hay nada que hacer? -¿Te pensabas que me podías seducir con tu nuevo coño, tus nuevas tetas, y cubierta de joyas? -Joyas que hoy pueden ser tuyas. -¿Te crees que siempre te vas a salir con la tuya? Rebeca, que era perra vieja, notó cierta debilidad en las palabras de su nieta. -Cierra la puerta -No soy tan puta como tú, abuela -Toda mujer lleva una puta dentro. -Habla por ti. -Princesita, si no te gustase lo ...
    ... que estás viendo, ya te habrías ido. Por más que lo niegues llevas una putita dentro -Te crees muy lista. -Tonta no soy. Juana miró para su abuela. Tenía un cuerpo de infarto. Nunca comiera un coño, pero siempre le picara la curiosidad de cómo sería estar con otra mujer. -Si la cierro me comes el coño tú a mí. Yo no sabría comerte el coño. Nunca comí uno. -Desnúdate que te aprendo. Juana cerró la puerta con llave. Se desnudó y se echó al lado de su abuela, que la verdad sea dicha, tenía un polvazo tan bueno como el de la nieta. De lado, mirando a su nieta a los ojos, Rebeca, acarició su cabello y la besó sin lengua. Al tercer beso ya Juana metió su lengua en la boca de su abuela. Se comieron las bocas largo rato... Juana, le dijo a su abuela: -Es más excitante que besar a un hombre. Estoy muy mojada. -Hora de que me comas las tetas. -Nunca comí unas tetas. -Hazme lo que te gustaría que yo te hiciera a ti... Todo lo que me hagas te lo haré. Juana le cogió las tetas a su abuela, le lamió los pezones y se las chupó. Le metió dos dedos en el coño y la masturbó. A los pocos minutos, Rebeca, ya se iba a correr. -¡Para, para que desbordo! Juana paró, y Rebeca, tal y como le había dicho, le hizo a su nieta lo mimo que le hiciera a ella, pero la muy zorra no le sacó los dedos del coño cuando la nieta le dijo: -¡Si sigues me viene! -Córrete para mí, princesita. La siguió masturbando y Juana, entre sensuales gemidos, se derritió de gusto. Mientras Juana se recuperaba, Rebeca, volvió a ...
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