Juana, la princesita de papá
Fecha: 02/06/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos
... echó boca arriba sobre la cama, se quitó las bragas, y le dijo: -Cómeme el coño. Ismael, quitó el batín y se metió entre las piernas de Rebeca. Puso una mano en su vientre y le pasó la lengua por los labios, muy suavemente, después mojó el dedo pulgar con saliva y acarició el ojete blanqueado con él. Su lengua iba del periné al clítoris con toda la lentitud del mundo. En su dedo sentía como latía el agujero del culo cuando su lengua entraba en su vagina y cuando lamía su clítoris. A los diez o quince minutos, el agujero del culo empezó a latir más aprisa. Rebeca, se iba a correr otra vez. Ismael, mojó el dedo pulgar con flujo vaginal, se lo metió en el culo y lamió su clítoris con rapidez. Rebeca explotó. Tuvo un orgasmo bestial. Sus gemidos se oían fuera de la mansión, y también los oyó Juana, que acababa de llegar del parador. Juana, curiosa, se acercó a la habitación de su abuela, y oyó como decía: -Follas mejor que un gigoló, Ismael. -¿En qué parte de ti te gusta que se corran los hombres, Rebeca? -Fóllame las tetas y lo sabrás. Ismael subió encima de Rebeca y le metió la polla entre las tetas. Juana, sabía que su padre estaba de espaldas a la puerta, y tapaba a su abuela. Abrió un poquito la puerta y echó un vistazo. Vio a su padre, desnudo, encima de su abuela y le entró un ataque de celos. Se iba hacía la puerta para decir en alto que había llegado a casa y joderles la fiesta, pero oyó a su abuela decir: -Aquí, en la boca, es donde me gusta que se corran los ...
... machos. Juana se puso a pensar. -De las tetas, se la lleva a la boca, y se la chupa. Arrimó la espalda a la pared del pasillo, metió una mano dentro de las bragas, cerró los ojos, y comenzó a masturbarse. Poco después, decía Rebeca: -Estrena mi chocho nuevo. Juana volvió a mirar y vio a su padre arrodillado detrás de su abuela, que estaba a cuatro patas. Su padre tenía un culito que aún la excitó más de lo que estaba. Volvió a arrimar la espalda a la pared y se siguió masturbando. Pasado un tiempo, (en el que Juana oyó los gemidos de su abuela) Sintió como la mujer decía: -Me corro me corro me corro. ¡¡¡Me corro!!! Juana se frotó con celeridad el clítoris oyendo los gemidos de placer de su abuela, pero no se vino. Se dejó de tocar. Apenas dejara de gemir su abuela, dijo. -Ya sabes dónde me gusta que te corras. Mete la verga entre mis tetas. Al ratito, volvía a decir: -¡Qué rica! ¡¡Dame más leche, dame...!! Juana, con los ojos cerrados, vio la gran verga de su padre corriéndose en la boca de su abuela. Se tocó y empezó a correrse ella. Sus piernas comenzaron a temblar. Fue perdiendo fuerzas en las piernas y acabó de correrse sentada. Juana, al acabar de correrse, fue a la sala, cogió la pequeña maleta con sus cosas y se fue a un pub cercano. Volvió un par de horas más tarde. Ya estaban su padre y su abuela en sus respectivas camas y no la sintieron llegar. 3 de la tarde de un día cualquiera. Rebeca, después de comer, en la sala, y mientras comía el servicio, le dijo a Juana: ...