1. e) Pensé que no volvería a verle


    Fecha: 05/06/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... envolvía, o su trato cruel cuando me hablaba, o ese carisma que le emanaba de una voluntad fuerte y recia, o lo agraciado de su fisonomía, por que tenía que admitir que resultaba gallardo, apuesto e imponente hasta en la silla de ruedas. Y sabía que esos sentimientos no me los podía permitir de manera alguna, Davy no me deseaba ni como posible puto objeto sexual, presentía que acabaría sufriendo. Y no obstante, cuando llegue a casa me puse a investigar en lugar de hacer los trabajos que me esperaban, necesitaba saber si había surgido alguna noticia sobre él en este mes largo que transcurrió. Ahora resultaba más fácil buscarle si es que surgían novedades sobre él. Tenía que ser en la prensa, no pertenecía a ninguna de las redes sociales conocidas, como si no existiera o no deseara ser visto. Tuve suerte en el primer momento. Davy Bronté vuelve de Estados Unidos satisfecho. El resultado de las intervenciones quirúrgicas que le han practicado son altamente satisfactorias para los cirujanos de la clínica Mayo en Rochester, aunque deberá volver a someterse a otras operaciones menores. Por otro lado, fuentes cercanas aseguran su disposición para impartir clases de piano a los alumnos del Conservatorio en la ciudad, e involucrarse activamente en apoyar a los alumnos escasos de recursos. Parece que la promesa musical que pudo llegar a ser, cambia el rumbo para conseguir que otros lleguen donde el no pudo. Descubría al fin lo que lo había tenido alejado tanto tiempo, y lo que ...
    ... decía la noticia me confundía más aún. Resultaba que para los demás era una buena persona, seguramente sería cierto cuando así lo consideraban, había sufrido con la perdida de sus padres y en su capacidad para la interpretación y se recuperaba de todo ello con un gran tesón y voluntad de acero. Por otro lado recordaba haberle oido tocar el piano cuando estaba aproximándome a aquel salón donde me recibió, yo no entendía de música y lo que interpretaba no sería tan perfecto como a mi me parecía. Tenía que alejarme de él, olvidarme, y esta sería la última cita por mucho que me tentara y necesitara su dinero, comenzaba a sentir admiración por ese hombre al que hasta ahora consideraba pérfido e indigno. Me quedaban dos horas antes de que papá comenzara a hacer la cena y dejé la cabeza libre para pensar en mis otros problemas. Después de cenar tenía que compartir la mesa con Óliver, los pequeños trabajarían en la sala, también para ellos llegaba el momento de rendir cuentas del curso y demostrar lo que se habían esforzado. Terminaron y subieron a la cama, fui con ellos para estirar las piernas y lavarme la boca, y volví a la planta baja, me quedaban aún dos horas de faena. Estaba enroscado en posición fetal en el centro de la cama. -¡Óliver! -le acuné moviéndolo por el hombro. -Hazme sitio. -se retiró sin despertar y se me abrazó como hacía desde pequeño, pegado totalmente a mi espalda, así dormía casi todos los días. -Cuanto tardas en llegar… -y sin más cayó de nuevo en el sueño. 
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