Teresa, una mami viuda
Fecha: 07/06/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: Gabriel351, Fuente: CuentoRelatos
Corría el mes de agosto, estaba en Córdoba en haciendo un trabajo para la empresa que trabajaba con dedicación exclusiva luego de finalizar mi función en la docencia. A los 2 días de estar ahí recibí de mi madre una comunicación telefónica, bastante infausta, en ella me informó que mi amigo Roberto y su padre habían fallecido en un accidente de tránsito. La noticia me shockeó. Roberto fue compañero de la primaria y amigo del barrio, vivía a la vuelta de mi casa. Los padres eran españoles y no tenían familiares en Argentina, ya que sus abuelos habían fallecido hacia unos años. Pensaba en Teresa, la madre de Roberto, tenía 45 años, y debía estar destrozada. Cuando volví 15 días después lo primero que hice fue ir a su casa, no era grata la situación, pero debía ir a verla, nos abrazamos y lloramos juntos. Teresa estaba realmente mal tanto sentimental como físicamente, estaba muy cambiada, era una mujer elegante, alegre, era modista por lo cual siempre estaba bien vestida. Ese día hablamos mucho de Roberto, recordábamos los momentos vividos, el cole, el fútbol, nuestra infancia. A pesar de que la escuela secundaria la hicimos en distintos colegios jamás dejamos de vernos, aunque si vi mucho menos a Teresa y su marido Francisco. Ese día cené con ella, estaba muy delgada, demacrada, y decidí pasar a verla todos los días, no podía dejarla sola, debía ayudarla a reaccionar. Pasaron 2 meses, y Teresa se había recuperado bastante al menos en su aspecto físico, se había vuelto a ...
... arreglar, había subido de peso y dentro de todo había mejorado su aspecto emocional, aunque siempre por cada recuerdo había una lágrima. Yo seguía viéndola todos los días, la consolaba, la protegía, y la cuidaba, las veces que iba al cementerio también yo estaba a su lado, pero me destrozaba cuando lloraba en mi hombro, me estremecía verla así. Ella volvió a retomar su trabajo como modista, diseñaba ropa para una importante empresa. El tiempo poco a poco iba curando las heridas, en mis visitas ya no se hablaba tanto del accidente y sus consecuencias, lentamente Teresa había retomado su vida, la actividad laboral la estaba ayudando, se estaba arreglando, tenía unos dos o tres kilos de más pero la habían mejorado, su vestimenta había dejado un poco el luto de lado, ahora sonreía con más frecuencia. Estaba a punto de irme cuando surgió la siguiente charla T- Debo agradecerte todo lo que hiciste por mi este tiempo me ayudaste mucho pero no quiero que te ates a mí, es hora de que hagas tu vida G- No tenés que agradecer nada, y si estoy acá con vos es porque deseo hacerlo, me gusta estar con vos, hablar y cuidarte Nos abrazamos, Tere me dio un beso en la mejilla, y sentí que mi cuerpo se estremecía. Ese fue el momento que sentí que mis sentimientos por Teresa eran otros, cuando la abracé pude ver por el escote de su musculosa negra los bordes de su corpiño blanco cubriendo sus senos redondos. Esa noche me costó dormir no podía dejar de pensar en ella, en cuanto había cambiado estos 2 ...