1. Mi profesor me convirtió en su esclava (III)


    Fecha: 07/06/2018, Categorías: Dominación Sexo con Maduras Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos

    ... eras una putita fresita que se indignaba por mamarme el güebo y ahora aceptas ser mi esclava así sin más! ¿Quién lo diría? Tengo a uno de los culos más apetecibles de la universidad a mis pies y por voluntad propia… Nada mal. Bueno, como no espero que tu cerebro sea tan grande como tus tetas, te lo repetiré: el próximo viernes a las 5 de la tarde en la dirección que te di la vez pasada. Que te quede bien claro: Si vas, no habrá vuelta atrás. Tendrás que hacer muchas cosas que te pueden resultar desagradables o que te parezcan mal. Pero eso no me interesara. Y te diré que a la más mínima estupidez tuya te castigare severamente. También serás filmada de manera que yo pueda tener pruebas de tu instinto de guarra. Así que cuidadito con ponerte obtusa. Piénsalo bien. Si no vas lo entenderé y no habrá rollos entre nosotros. Ahora lárgate. –me ordeno. Yo, obediente, me puse de pie, y me fui de su oficina. Era miércoles, así que tenía tiempo para pensar la propuesta. La verdad no lo pensé mucho. Ya estaba decidida a ser de él. Toda mi confusión se había aclarado. ¿Por qué goce todo la vez anterior? Porque soy una puta masoquista que le gusta que la traten duro. ¿Por qué me excitaban tanto las vejaciones y humillaciones? Porque soy una puta masoquista que le gusta que la humillen. ¿Por qué de repente me mostré dócil y sumisa con Martin? Porque soy una puta masoquista dócil, sumisa y servil que le gusta obedecer. ¿Por qué no podía dejar de pensar en Martin? Porque él me llevo a ...
    ... descubrir a la puta masoquista sumisa que hay en mí, y por ser el primero en tratarme como me gusta, es obvio que me haya vuelto loca por él. ¿Por qué acepte el trato así, sin pensarlo? Porque quiero ser SU puta masoquista. Y estaba decidida a lograrlo. Pasaron la tarde del miércoles, el jueves completo y la mañana del viernes. En todos esos días no me puse a pensar en nada que no sea en mi nuevo encuentro con Martin, y no pensaba en rechazarlo ni en ningún “pero”, sino pensaba en darle todo el placer posible. No pude evitar hacerme sendas pajas imaginando lo que me pondría a hacer. Incluso la presencia de mi padrastro no me molestaba en lo más mínimo, solo pensaba en Martin. Por fin llego el viernes. Le dije a mi madre que me iría de vacaciones con unos amigos, aunque no di mayores detalles. Fui a la cita con Martin, me lleve un maletín lleno de ropa. Al llegar al sitio, busque la llave bajo la piedra, pero no estaba, por lo que toque el timbre, pero nadie salió de la casa. Decidí quedarme a esperarlo. Pasaron dos horas. Eran las 7 de la noche ya, estaba cansada de esperar, pero no quería irme. Sentí que abrieron la puerta de su casa, y lo vi. Estaba vestido con una bata de baño (un albornoz pues.) de color negro. Bajo hasta la reja y la abrió, permitiéndome pasar. No dijimos ni una palabra. Una vez estuvimos los dos en la estancia donde me toco esperarlo la otra vez me pregunto que tenía en el maletín. –Ropa. –Le conteste. Me dio una fuerte cachetada. -Veo que ya se te han ...
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