El amigo de mi marido
Fecha: 07/06/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... momento cuando ya no podía aguantar más, y mi excitada respiración comenzó a notarse, simplemente entreabrí mi mano y tome aquel bulto apretándolo, Pedro lanzó un quejido y me miró fijamente a los ojos. Saqué mi mano de su paquete y de un solo tirón le bajé su zunga, dejando al aire un miembro duro, grande, muy grueso y bastante venoso, la cabeza de su pene estaba super mojada, comencé a masturbarlo, mientras él continuaba haciendo lo mismo en mi vagina, su otra mano se abalanzó sobre mis senos, los que comenzó a tocar con desesperación, como pude me curvé para llegar con mi boca hasta su pene, introduciéndomelo y chupándoselo con mucha delicadeza. Mi lengua recorría ese venoso miembro de arriba abajo, y los gestos de Pedro hacían notar que le agradaba enormemente, la masturbación que le propinaba con mi boca me hacía tiritar. Con un movimiento casi atlético, Pedro se ubicó de tal forma que hicimos un 69 perfecto, su sexo quedó ubicado frente a mi boca y mi vagina en la suya, ambos al mismo tiempo comenzamos a darnos placer el uno al otro, sentía como su lengua se paseaba por los labios de mi vagina, introduciéndose de vez en cuando en mi interior, rozando mi clítoris, lo mismo hacía yo con mi boca en su pene. Muy pronto Pedro no aguantó más, y saliendo de esa posición me tiró sobre la cama, abrió mis piernas, y colocó la punta de su enorme miembro en la entrada de mi vagina, la comenzó a rozar ligeramente, de arriba abajo, mi excitación crecía, y sentía ese pene ...
... perfectamente en la entrada de mi sexo, luego lo dejó quieto, tomó mis caderas con ambas manos y de un solo tirón, me lo metió muy profundamente, fue un gemido conjunto, sentí su miembro todo duro y venoso en mi interior, comenzó a moverse con energía, mis manos instintivamente llegaron a su trasero, el que con cada embestida se colocaba muy duro, nuestros cuerpos comenzaban a sudar. Luego de unos minutos, sacó su pene, me tomó, levantándome y girándome, para volvérmelo a meter a lo perrito, su ritmo aumentaba y yo casi acababa, le pedí montarlo, accedió al acto, fue el momento en que sentí con mayor profundidad su miembro en mi interior, su respiración aumentó, me decía que acabaría, cuando al momento en que yo comenzaba a sentir mi orgasmo, un intenso fluido en mi interior anunciaba que había desparramado ya toda su leche en mí, caí desplomada en su sudado cuerpo, y así nos quedamos descansando por el transcurso de la noche. No lo podía creer, había tenido sexo por primera vez en mi vida con un hombre distinto a mi marido, pero la verdad es que lo disfruté mucho. A la mañana siguiente, Pedro ya estaba en su propio dormitorio, y yo descansaba sólo con las sábanas, cuando llegó Marcos, me saludó con un tremendo beso en la boca. El día continúo normal, siempre disimulando de mi parte lo ocurrido con Pedro. Quedaban sólo unos días para que Pedro nos dejara y regresara a su origen, cuando una mañana Marcos me contó al despertar, que había tenido un sueño extraño, me veía en él, teniendo ...