Recuerdos de Sandra - Segunda Parte
Fecha: 09/06/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: strayxsuperfan, Fuente: SexoSinTabues
... Estaba con sus caderas subidas en la zona del escurridor, agarrándose firmemente de una de las llaves que estaba abierta, salpicando el agua sucia de los trastes en su cara y pecho. Uno de sus pezones estaba mojado bajo el vestido de café sobrante de una taza del desayuno, sus pies tensos y sus delicados deditos de los pies apenas tocaban la loseta del piso. Sus jugos resbalaban por el mango del utensilio y al dejarlo de nuevo sobre los trastes sucios, tenía ya restos de frijoles y jugos suyos en la mano. Gandalf la miraba a unos centímetros, parado del otro lado de la ventana. Se le veía fascinado con la visión, por que no hizo ningún ruido, ni siquiera cuando se quitó el vestido, en una escena que el perro ya asociaba con sexo inminente. Probablemente después de cogérsela esa ocasión, aquella joven era ya de nuevo su amiga de siempre y no la funda que ordeñaba su verga. Cuando se bajó de la cocineta, casi resbaló con su propia venida. Sandra, La Nena, limpió con el vestido casi nuevo el lodiillo formado en el piso debido al chorrito de placer que expulsó y a la tierra que trajo del jardín en sus pies. Con un suspiro lo tiró en el bote de la basura inorgánica. Ésta vez no rió. El perro movía la cola en actitud juguetona. Lo que le hizo olvidar todo. Recordó que tenía que bañarlo para evitar que, aunque fuera improbable, sus papás olieran a su Nena en él. Se quitó el brassier y desnuda, salvo por la cinta del pelo y el collarcito que hacían juego con el fallido vestido, ...
... salió al jardín a bañar a Gandalf, en una actitud totalmente inocente. Cualquier hombre que los hubiera visto habría tenido una erección dolorosa al ver como sus senos compartían la espuma del jabón que le ponía a su mascota y se balanceaban escurriendo jabón al tallar su cuerpo. Ella se agachaba e incaba para llegar a todos lados. Se mojó también el cabello al lavarle los genitales, pero no le importó y terminó enlodada en casi toda su preciosa anatomía. El cuerpo de él estaba ya limpio pero el de ella totalmente convertido en el de una perra revolcada en el lodo, olor incluido. Es por ello que, después de pasarle su propia toalla, que estaba tendida allí, llevó a Galdalf a secarse al sol en pequeño patio delantero. Coquetamente abrió la puertecita, como si hubiera alguien más y la cerró después de él, brincando pícaramente en la punta de sus pies, riendo. Entró por detrás y, después de secarse los pies y pantorrillas con la toalla que había usado en Gandalf, entró caminando sexy y llamó a César. Le dijo que tomara un taxi y que pasara por ella. Tenía que ganar tiempo, así que se dirigió rápidamente a la regadera. Nunca pensó que esa inocente salida a correr se convertiría de nuevo en otra escena de zoofilia, pero por alguna razón esa idea le hizo pasar el umbral de la cordura. Batalló para deslizar su ropa apenas abajo del pubis con el hocico de Gandalf hurgando por sus ahora levemente hinchados labios vaginales. Ni si quiera intentó quitarse el cinturón extra del que colgaban ...