Obedezco, así soy feliz (II)
Fecha: 10/06/2018,
Categorías:
BDSM
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Autor: carmen_garc, Fuente: xHamster
... horcajadas sobre ti y abre su sexo. Tu diriges tu polla hacia la entrada. Un gemido se escapa de su garganta cuando comienzas a penetrarla. Me miráis y se lo que queréis que haga. Yo también tengo una herramienta a la entrada de mi sexo. Deseo agacharme mas para poder llenar mis entrañas pero mis pezones hacen de tope. El placer y el dolor van firmemente unidos en esta ocasión.- Métetelo entero, zorra – me dice Inés mientras sus manos juegan con los pechos de Claudia.Empiezo a bajar. Cada milímetro de placer significa una punzada dolorosa, un milímetro que me martiriza, que me estira, que me rompe. Dejo de sufrir, rechazo el dolor, cada milímetro es un milímetro de placer que se abre camino en mi. Cierro los ojos, muerdo mis labios, una lágrima se desliza por mi mejilla. He llegado al final. Mis pezones están al límite pero me siento llena. Mi mano buscó mi vulva a riesgo de perder el equilibrio. Me miráis con una mezcla de ternura y lascivia. Está claro que disfrutáis. El juguete que me penetra se convierte en un muelle sobre el que comienzo a botar. El dolor y el placer se suceden sin límite de continuidad. Intento seguir el ritmo de Claudia sobre tu polla, de esta forma te siento mas cerca de mi. Mis dedos ayudan a elevar mis sensaciones por encima de lo que nunca hubiera soñado. Me abandono. Cierro los ojos. Estoy sola en el mundo y el placer es el único objetivo. Una fuerte corriente recorre mi cuerpo. Estoy llegando al final, el camino se termina, la puerta del placer ...
... se abre ante mi. Mis sentido están fijos en mis centros de placer, no hay nada mas, siento como se prepara la primera descarga que me llevará al orgasmo, ya está, ahí viene.- No te corras putaUna bofetada me hace volver al mundo real, la puerta se ha cerrado. Abro los ojos y veo a Inés ante mi. Sus ojos están furiosos.Tu estás aquí para nuestro placer, no para el tuyo. Si alguien ha de correrse seremos nosotros. Tu lo harás si consideramos que lo mereces. ¿Está claro?Bajo la cabeza y asiento. Inés suelta las pinzas de mis pezones. Inmediatamente pone un nuevo collar en mi cuello sujeto por una corta correa. Conozco este tipo de collar, me ahogará cuando su dueña lo desee y tire de él.- Arrodíllate como la perra que eres.Lo hago, me pongo a cuatro patas. Mis manos son atadas a mi espalda. Inés tira un poco de la correa hacia arriba y el aire comienza a faltarme.- Esto es lo que ocurrirá como Claudia no apruebe tu forma de hacer.Claudia se sienta ante mi. Lleva puestos sus zapatos. Dirijo mis ojos, mi boca, mi mente hacia su cuerpo. Es una sensación totalmente extraña y desconocida para mi. Nunca he probado el cuerpo de una mujer. Mi lengua recorre su geografía, desde el tacón hasta su vientre dejando un húmedo itinerario sobre su piel. Mi lengua recorre su cuerpo, erizando cada poro de su piel, hasta llegar al centro de su placer que palpita y espera húmedo, fragante. Sus dedos lo recorren de arriba abajo, explorándolo, mientras mis labios buscan su ración de néctar. Miro hacia ...