1. Bendita inexperiencia


    Fecha: 11/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... primeros suspiros, mis pezones comenzaron a ponerse duros y mi rajita a humedecerse. Carlos giró la cara y puso su boca entre mis pechos, que ya estaban duros, sus suspiros me hicieron cerrar los ojos y el movimiento de su cadera, morderme los labios. Volvió a girar su cabeza, bruscamente, para tomar aire, lo que provocó que un tirante del camisón se rompiera, dejando media teta fuera de la tela. Sus movimientos y su cosota rozando en mi vagina, me estaban llevando al paraíso. Los gemidos de Carlos eran sonoros y, de repente, sus calzoncillos se mojaron y, al sentir de su humedad y calorcillo, tuve un pequeño y muy erótico orgasmo. Permanecimos así tumbados, casi abrazados y jadeando, hasta que nos dormimos. A la mañana siguiente y, como todos los días, Carlos se levantó el primero. Cuando yo me desperté recuperando la conciencia y la visión, vi a mi hijo sentado al lado mío mirándome detenidamente. Al principio no comprendía que miraba tan concentrado y el no se dio cuenta de que estaba despierta, y entonces supe que pasaba. Con el ajetreo de la noche y el tirante roto, tenía una teta fuera y la otra casi, debido a los movimientos inconscientes mientras dormíamos. Carlos miraba obtuso las tetas de su madre y se asustó cuando las tapé con el camisón. -Lo siento mamá, yo no quería... -No te preocupes, no pasa nada. Además, cuando eras pequeño las veías varias veces al día.- Le traté de tranquilizar. -¿En serio mamá?. -Claro, incluso comías de ellas. Tranquilízate anda.- Volví ...
    ... a decir. -¡¿Comía?!.- Se sorprendió. - Si, y déjalo ya. -Mamá, ¿puedo decirte una cosa?. -Claro hijo, dime. -Tienes unas tetas preciosas, aunque nunca había visto ningunas. Las palabras me cogieron por sorpresa y me sacaron los colores, si supiera lo que había pasado en la noche. -Gracias hijo... -¿Puedo verlas otra vez?.- Me asaltó. -Pero hijo .... - Anda mamá, has dicho que de pequeño las había visto muchas veces. -Pero... -Venga mamá. No podía creer lo que me estaba pidiendo mi hijo, pero me estaba poniendo esa carita con la que me sonsacaba todos sus caprichos, que no podía resistirme. Comprobé que la puerta de la habitación estaba cerrada y suspiré. -Esta bien, pero solo una vez, ¿vale?. - Vale mamá.- Me dijo agradecido. Dejé caer la mano que sujetaba la parte rota del camisón y mis tetas volvieron a quedar al aire y, con el fresquito se me pusieron duros los pezones. Carlos estaba atónito y paralizado por la visión. -¿Puedo..?.- me dijo tendiendo su mano hacía uno de mis pechos. Asentí con la cabeza y el puso la manita por debajo de la teta, el roce de sus manos me hizo cerrar los ojos, lo que aprovechó mi hijo para acariciar mi otro pecho con su otra mano. Con su inexperiencia fue acariciando mis tetas con su mano, las rozaba como si se fueran a romper, con timidez, y eso me estaba excitando. De arriba abajo, pasando sus manos por mi canalillo, dejando entre sus dedos mis pezones, juntándolas, separándolas y vuelta a empezar. Y un gran suspiro de placer se escapó de mi ...