Bendita inexperiencia
Fecha: 11/06/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... boca, cuando sorpresivamente, sentí su boca besar mis senos. Abrí los ojos y le vi un poco asustado, pero también vi el enorme bulto que peleaba por escapar de sus calzoncillos, sonreí y me dijo: -Mamá,¿estas bien?. -Si cariño, no te preocupes. ¿Quieres algo más?. -Verás mamá, es que.... -Dime, no te preocupes.- Le dije sin apartar la vista de su enorme bulto. -¿Podría verte desnuda?,es que he oído a los mayores en el colegio que ver a una mujer desnuda es lo más bonito. No me hizo falta pensarlo mucho y le propuse: -Te dejo verme desnuda si tu me dejas verte a ti. El rubor apareció en su cara de sopetón y, agachando la cabeza, dijo: -Es que me da vergüenza, me pasa algo en mi cosita. -No te preocupes, yo te curaré lo que tengas, ¿vale?. No parecía estar muy de acuerdo con lo que le proponía, pero asintió con la cabeza. Me levanté de la cama y a escasos quince centímetros de él, metí mis manos bajo el camisón y me baje las bragas despacio. Le miraba a los ojos y me admiraba de su espontaneidad. Levanté mis brazos y deje caer mi prenda intima, ante la hipnotizada mirada de mi hijo, con ella en mis tobillos dejé caer el camisón y, completamente desnuda, le dije: - Te toca. -Mamá..... -Me lo has prometido hijo. Se levantó a desgana y se quitó los calzoncillos deprisa. Era impresionante, a sus doce años estaba portentosamente dotado, la cosa medía al menos 17 centímetros y era bien gruesa, me relamí inconscientemente. Me tumbé en la cama y le hice sentarse a mi lado. Sus manos ...
... volvieron a acariciar mis tetas, lo que hizo que volviera a cerrar los ojos. Sus manos recorrieron mi cuerpo, suavemente, entre mis pechos, mi bello púbico y mis piernas, me mordía los labios y suspiraba fuertemente. Cuando sus manos exploraron mi sexo, las mías fueron a mis tetas y mis jadeos comenzaron a ser sonoros. Carlos quiso investigar mi raja y yo le facilité las cosas abriendo mis piernas, mientras, con mi mano , empecé a acariciarle su cosita y esta dio un respingo. Le dije que se tumbara encima mío, como cuando nos vamos a dormir, él se extrañó pero lo hizo. Con su cara entre mis tetas y su cosita en la entrada de mi rajita, el siguió con las caricias. Yo estaba en el paraíso y me raja estaba más que húmeda, quería sentir dentro de mi la cosa de mi hijo y no podía aguantarme más. Puse mis dos manso en su culo y le dije: -Ahora no te preocupes, te voy a curar lo que te pasa en tu cosita. Solo déjame hacer a mi. El me miró a los ojos y asintió, y con un pequeño apretón, la punta de su miembro entró en mi raja. Ambos suspiramos y a Carlos no hizo falta darle más empujones, el solo se metió hasta el fondo de mi, lo que me sacó un gritito, el sudaba y se movía rápidamente y su aliento refregado contra mis tetas me estaba volviendo loca. Durante cinco minutos olvidé que era mi hijo y me entregué a el como una amante en celo, lo llamaba y le pedía más, el jadeaba y jadeaba, hasta que de pronto, un inmenso chorro de su lechita mi inundó por dentro, lo que provocó en mi ...