1. La promesa de Cristian


    Fecha: 13/06/2018, Categorías: Gays Autor: dante1802, Fuente: SexoSinTabues

    ... pendejo. Al escuchar eso, pensé en lo bello de haberme entregado primero a Manuel y solo pude murmurar: Manuel, mi Manuel, te amo. Sergio: lo amas? pero mírate estás aquí siendo ensartado por mí, jajajaja. Con más odio, Sergio se clavaba en mí queriendo que mi dolor fuera mayor. yo no me perdonaría sentir cierto placer en esa violación y fue cuando volví a sentir el cuerpo pegado y sudoroso de Sergio así como su olor cuando eyaculé manchando la cajuela del auto y desfalleciendo sobre ella. Sergio: ya te corriste? ah chingar y yo apenas voy por la mitad de la faena. Tenía razón, aparte de vergón, Sergio aguantaba demasiado en el sexo, desafortunadamente para mí. me levantó como muñeca de trapo, me subió a la cajuela y él se subió sobre mí para seguirme penetrando. yo solo me dejaba hacer. De pronto, Sergio empezó a temblar y me percaté que estaba por correrse, entonces le pedí: por favor no te vengas dentro de mí. Sergio: piensas que así guardarás algo para tu marido verdad?. pero ya te lo dije, tu culo es mío ahora y voy a dejar mi firma donde no podrás sacártela nunca. Cristian llorando: noooo, sí lo haces también seré tuyo para siempre. Sergio dio un grito de placer y dijo: ya lo ereeeeesssss Sentí como la verga de Sergio empezó a disparar leche bañando mis intentinos que solo había recibido la simiente de mi Manuel. ya estaba marcado por otro hombre, mientras su semen salía, vi a Sergio reír victorioso, había ...
    ... ganado tomando el cuerpo que pertenecía a otro hombre marcándolo también como suyo. Finalmente, Sergio se levantó y salió de mí dejándome el culo dilatado, latiendo y sacando leche. el mecánico se acercó a mí y dijo: la mejor cogida de mi vida, que culo tienes. Intenté levantarme de la cajuela, pero mi cuerpo no respondía, estaba demasiado adolorido. Sergio aún desnudo prendió un cigarro y dijo: puedes irte cuando quieras, pero una cosa te advierto, esto se va seguir repitiendo cuando yo quiera, tendrás que darme el culo siempre que te lo pida o tu soldadito se va enterar que ya fuiste mi mujer. Cristian: no por favor, no le digas nada, él no puede saberlo. Sergio: pues ya sabes qué tienes que hacer para que guarde el secreto, ser mi puto cuando yo quiera. Como pude, salí del taller y llegué a mi casa, me acosté en mi cuarto y en la cama lloré recordando como Manuel me había desflorado ahí mismo, pero ahora esas imágenes estaban empañadas por la violación sádica de Sergio. no tenía otra opción tendría que hacer lo que ese maldito me pedía para continuar con mi Manuel o él no me perdonaría nunca. El sábado lo recibiría pero con un culo que ya había sido violado por otro macho, pero no diría nada, defendería mi amor por él aunque para ello tendría que seguir permitiendo que Sergio me violara. Me resigné a que con mi Manuel haría el amor mientras que con el mecánico solo sería sexo desenfrenado, esa sería mi vida desde ahora. 
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