La magia de la fantasia
Fecha: 14/06/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vacaciones. Nos conto sus viajes a lo largo de todo el mundo y nos divirtió con múltiples anécdotas sobre sus andanzas, también nos dijo que habría de regresar a Paris en un par de días. En el transcurso de la velada Jean se mostro muy galante con Lola. Y según fue transcurriendo la noche y las copas fueron sucediéndose, empezó a coquetear con mi esposa. Elogio su belleza en un par de ocasiones. Lola y yo le dejamos hacer, aunque eso si previamente, con mucha desenvoltura, había solicitado mi permiso. Según decía por su talla y complexión le recordaba vivamente a su esposa, incluso le sorprendí alguna mirada apreciativa dirigida a Lola. Esta por su parte se mostro encantadora, muy interesada en todo la que Jean contaba y seductora, con esa seducción sutil y sensual que solo una mujer mediterránea es capaz de realizar. Sus ojos tenían el mismo brillo intenso de esa mañana. La velada fue muy agradable, llena de cordialidad y simpatía, despidiéndonos al regresar al hotel. A la mañana siguiente Lola y yo realizamos nuestro diario desplazamiento a la playa, alejándonos en ella de las zonas más pobladas para disfrutar de tranquilidad y poder realizar nudismo discretamente, disfrutando de una placentera sensación de libertad. El día se mostraba magnifico, luminoso, con el agua transparente y con una frescura que si en un principio puede ser desagradable, al momento es verdaderamente tonificante. Hacia el mediodía vimos acercarse una figura que por la lejanía era indefinible, al ...
... aproximarse, pudimos apreciar que se trataba de un corredor que dado su color de piel probablemente fuera nuestro amigo. Curiosamente ni Lola ni yo hicimos ningún intento de cubrir nuestra desnudez, a pesar de ese pudor que siempre nos había caracterizado. Efectivamente se trataba de Jean, el cual llego hasta nosotros con su bien formado cuerpo azabache cubierto de sudor, que centelleaba con la luz del sol, acentuando su bien formado torso. Se dirigió hacia nosotros, nos saludamos y comentamos la agradable frescura del agua. Jean sudoroso, sintió sin duda la necesidad de un baño y comenzó a caminar hacia el agua, pero después de dar unos pasos, se giro, nos miro en nuestra desnudez y de una manera natural se despojo de su bañador. Mientras se acercaba a la orilla pudimos apreciar sus nalgas cobrizas, elevadas y musculosas. Al salir, el agua chorreaba sobre su cuerpo dorado. Mientras se acercaba hacia nosotros pudimos observar que mostraba un gran pene, circunciso, que fláccido presentaba un tamaño, próximo al mío propio en erección. Lola y yo nos miramos y sonreímos. Mi esposa con las mejillas encendidas lanzaba miradas disimuladas al ondulante miembro de Jean, mientras este se dirigía hacia nosotros. Proseguimos la mañana de baños y amena conversación hasta que en un momento dado Jean, dirigió la conversación hacia el tema de los tríos sexuales y nos comentó sus experiencias sobre ellos, diciéndonos que él y su esposa habitualmente realizaban intercambios. Nos preguntó por ...