1. Rosa, viuda fantástica


    Fecha: 16/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Anal Autor: Pachuco, Fuente: CuentoRelatos

    ... derecha, como una vieja costumbre que siempre he tenido cuando hago el sexo. Ella comenzó a trillar con la misma historia y yo le seguí la conversación por no ser descortés, pero la vedad ya me estaba hastiando: Sabes que desde hace tres años que no he tenido sexo con nadie. Si, ya me lo dijo -conteste un poco seco. No me trates de usted. Considero que después de hacer lo que hemos hecho, es válido tratarnos de vos, ¿no crees? Como quieras -asentí, la verdad por no contrariar a aquella hembra. Sabes que hay algo que mi marido siempre me hacía y que nunca me gusto, pero que ahora añoro y me muero de ganas por probar. <<Y dale de nuevo con el marido>> -pensé ¿Sabes qué es? No -dije con poco interés. Que me lo metan por detrás, por el culo. Inmediatamente la conversación tomo un giro muy distinto y automáticamente mi verga se irguió de nuevo con muchos más bríos que anteriormente. No me digas -dije con mucho interés. Si, bueno... no es que me guste mucho que digamos, pero quisiera sentir de nuevo eso... no me entenderías, pero cuando él me lo hacía, sentía una mezcla de dolor y placer que me excitaba sobremanera... No dices que no te gustaba... No era eso, si no que tenía miedo de enfermarme por ello... Pero... Pero nunca me enferme, ya pasaron tres años y no he tenido problemas de ningún tipo... y quisiera hacerlo de nuevo... ¿quieres hacérmelo? La pregunta sobra, Rosa. Diciendo esto yo, intente subirme en ella, pero Rosa se me adelanto y se sentó a horcajadas sobre mí, ...
    ... pasando su mano derecha por debajo de sus nalgas, tomando mi verga totalmente tiesa y colocándola justo en la entrada de su agujerito posterior tenso por el mucho tiempo de inactividad. Empezó a bajar las caderas, comprimiendo la cabeza de mi miembro contra la poderosa fuerza de su esfínter, pero poco a poco, debido a la lubricación de los restos los jugos vaginales que aún quedaban en la superficie de mi pene, este empezó a escurrirse hacia el interior de su intestino. Ella crispo sus uñas en mis hombros, y ahogo un grito doloroso, por no despertar nuevamente a sus hijos. Dejo que mi verga se sumergiera del todo dentro de su recto y se detuvo unos instantes, como dejando que el conducto se acostumbrara al intruso que acababa de irrumpir en él. Pasaron unos momentos en que el rictus de dolor no se borraba de su hermoso rostro, mas poco a poco sus músculos faciales se fueron relajando y su gesto suavizando, terminando el acto con un gemido y una sonrisa de satisfacción. Esto, esto es lo que quería sentir -dijo al final. E inmediatamente sus caderas entraron en acción, de arriba hacia abajo, permitiendo que mi pene inmensamente inflado y rígido corriera dentro de su túnel rectal. Pasaron unos tres minutos en los que Rosa se dio gusto cabalgando con mi verga dentro de su ano, hasta que, giro sobre si misma 180 grados, sin sacar el miembro de dentro de sí y alargando sus manos para tomar las mías, se impulsó con sus piernas hacia delante y atrayéndome hacia ella, quedando de este modo, ...
«12...4567»