La asesora de Afore
Fecha: 29/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Perdón si no me identifico. No lo creo necesario. Solo quiero permitirme contarles lo que sucedió a principios de este mes de noviembre, el día 2, Dia de Muertos en México. Yo soy gerente de Recursos Humanos en una empresa de una ciudad al norte de la Republica. Desde dos semanas antes, a mediados de octubre me habían visitado dos promotoras de afore del único banco mexicano al 100 % que ya queda en México. Una de ellas era joven, no sé, tal vez 25 o 26 años. La otra mas grande, por los 39 o 40 años. Yo acabo de cumplir los 30. La señora que fue con la que me paso lo que les cuento, es muy morena, es de 1.60 m contando tacones, mas o menos y unos 65 kgs. No es lo que se dice una belleza, pero es, sin exageraciones, guapa a secas. De cuerpo, aunque algo bajita y llenita, tiene buenas carnes. De pechos grandes, ya no muy duros por cierto y de buenas nalgas. Tiene buenas piernas todavía también. Cabello al hombro, oscuro. No se como plasmarlo, es lo que se suele decir que tiene lo necesario para calmarle a uno las calenturas pasajeras, nada mas. No se ve muy aseada que digamos, por lo que no sería de esas damas que se puedan llevar a comer o pasear, sino mas bien de las que solo sirven para ponerlas a mamar verga y cogérselas sin mayores consecuencias. Desde que la vi por primera vez no se que me paso, como que se me antojo la morena, se veia que unos años antes había estado muy buena. Bajo su ropas arrugadas se notaban buenos jamones y su cara a pesar de no ser muy bonita, ...
... pues si estaba aceptable para aventarse a besarla y dejarla que se la mamara a uno un buen rato, no se si me estoy explicando. Me sonreía mucho y era muy respetuosa cuando nos llegábamos a encontrar por las instalaciones, demasiado diría yo. Cuando ellas andaban trabajando en los pasillos o los comedores de la planta y yo pasaba cercas de allí, ella al verme hasta me hacia reverencias, como si yo fuera muy poderoso. De repente con el paso de los días, me le acercaba para preguntarle que como iban y ella se ponía muy nerviosilla, hasta la voz le temblaba y tartamudeaba mucho. No era que se emocionara sexualmente hablando, por tenerme cerca, mas bien era por mi puesto y por lo que yo representaba para ellas,el mero bueno. Por mi posición de gerente de personal, yo era el mas importante para ellas en la empresa y como había mucho negocio para ellas, pues me trataban muy bien, con mucho respeto y hasta miedo de que les dijera que ya no las iba a dejar entrar, que ya se fueran. Esa señora me hacia sentir un poder sobre ella muy raro, como si yo pudiera ordenarle lo que quisiera y ella lo haría sin preguntar, lo que fuera. Se veía demasiado sumisa, demasiado mansa, me demostraba mucho respeto y siempre me hacia comentarios aduladores y me elogiaba por cualquier cosa. A veces hasta la sentía servil. Al principio me fastidiaba que fuera asi, la sentía hipócrita y fingida. Pero luego pensando que era por su misma experiencia en eso, pues se veía que ya tenia mucho tiempo de asesora de ...