Mi hermana y su cuñado
Fecha: 25/06/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
MI HERMANA Y SU CUÑADO Mi gusto por la lencería se dio por ver a mi hermana Silvia cambiarse, y a una vecina que se masturbaba al llegar de su escuela, siempre espiaba. A escondidas me ponía los calzones de ellas. Y poco a poco floreció mi lado gay. Varias veces vi a mi hermana teniendo sexo con sus novios, era muy caliente hasta que quedó embarazada. Quizá eso creó en mí, una obsesión por mi hermana, es la única mujer que deseo coger, ninguna otra mujer me atrae. Mi hermana se casó, y como su marido viajaba mucho a Estados Unidos, me pidió que viviera con ella, pues yo era su consentido y ella era mi fantasía. Cuando tenía sexo con su esposo, yo la espiaba por la ventana, así supe que la verga de mi cuñado, es muy pequeña, y que Silvia, muchas veces se quedaba con las ganas, pues cuando su esposo se venía, inmediatamente se dormía, mi hermana sacaba un consolador y se masturbaba con su marido a un lado dormido, en esos momentos deseaba cogérmela. Mi cuñado se fue otra vez, quedamos sólo ella, mis dos sobrinos y yo. Ella siempre fue muy alegre, y siempre andaba en casa en bata muy atrevida o minifalda, no le importaba que yo la viera casi desnuda cuando salía de la regadera o al acostarse. Me sentía bien con ella, ya que cuando no estaba ella, me ponía su lencería, excitándome y masturbándome, y a veces la usaba con un amante que en ese tiempo me cogía, aunque no le agradaba que yo usara esas prendas, a mí me excitaba. Las cosas cambiaron cuando el cuñado de mi hermana, ...
... Ricardo, llegó a vivir también con nosotros, ya no tenía mucha oportunidad de probarme la lencería de mi hermana, y me incomodaba que mirara a mi hermana, ya que la presencia de ésta persona, no quitó el modo de ser de ella. Mi hermana lo acomodó en mi recámara, pero en camas separadas, y por las noches lo sentía que se masturbaba. Una tarde en que sabía que estaría solo por un buen rato, entré a la recámara de Silvia, me desnudé y me puse unas medias moradas, había un liguero que hacía juego, con su tanga y sostén morados, sabía que esa prendas eran nuevas, nunca se las había visto a Silvia, y me pregunté si lo había usado para coger o qué, ya que su esposo tenía ya seis meses fuera de casa. Me maquillaba tranquilamente cuando de repente escuché un ruido en el patio, era Ricardo, espiaba la ventana de mi hermana, pero al que vio fue a mí, envuelto en las prendas de mujer. Mi corazón se aceleró porque me asusté, habían descubierto mi secreto y me daba miedo que los demás que no fueran mis amantes, supieran mi debilidad, mucho menos mi hermana, no sabía que podía pasar. Rápido me quité eso y me puse mi ropa, me metí al baño y no quise salir hasta que salió Ricardo de la casa. Cuando llegó mi hermana, yo estaba nervioso, luego llegó él, no dijo nada, pero yo me sentía mal, creí que me delataría. Esa noche me acosté hasta que creía que él ya dormía, se movía a cada rato y no dejaba dormir. Como hacía calor, se descubrió, a pesar de la oscuridad, las paredes blancas me permitían ver ...