1. Mi hermana y su cuñado


    Fecha: 25/06/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... abiertas por semejante verga. Aumenté la velocidad para hacerlo venir, cuando estaba a punto, rápido me salí y me dirigí a su boca para recibir su leche, tragué con gusto mientras sus mano acariciaba mi ano abierto y caliente, entonces escuché el nombre de mi hermana en los labios de Ricardo, y me sentí muy bien, mi lado femenino salía a flote y por fin un hombre que me cogía lo aceptaba con gusto. Desde esa vez, vivimos como marido y mujer, obvio que saben quien era la mujer, le cocinaba, le lavaba, veíamos la televisión juntos, y nos amábamos mucho, o bien cogíamos mucho, como entraba primero a trabajar, luego me iba yo, lo despedía en la puerta, a veces deslechándolo con una mamada. Casi no salíamos, y si lo hacíamos era separados, solo en la intimidad de la casa, nos tratábamos como amantes, incluso vestía ropa femenina como mini vestidos, mini faldas o en lencería y tacones, a veces una peluca que me pidió que comprara. La relación parecía de un matrimonio, porque hasta infidelidad había, ya que a veces cuando él no estaba en casa, recibía a Jesús, o yo iba a su casa, o me llevaba al cine para adultos y me cogía rico, esas ocasiones llegaba a casa como una puta cogida, y rápido preparaba su comida o la cena. Pero casi todos los días cogíamos bien sabroso, y es que a sus 17 años, estaba lleno de leche. Así estuvimos cerca de medio año, hasta que mi hermana regresó. La fantasía terminó, y solo en nuestra recámara cogíamos, o cuando estabamos completamente solos, entonces ...
    ... tuve que comprar lencería propia, ya que no me quería arriesgar a usar la de Silvia. El regreso de mi hermana nos distanció un poco a Ricardo y a mí, y entonces le dediqué más tiempo a Jesús, aunque a éste no le agradaba que usara prendas femeninas, y me molestaba cuando me decía que me las quitara. Extrañaba a Ricardo en esos momentos. Mi hermana seguía igual de alegre, los fines de semana disfrutábamos los tres de unas bebidas y pláticas largas. No sé si mi hermana se daba cuenta de que a Ricardo y a mí nos excitaba verla con las piernas un poco abiertas mostrándonos su tanga, o verla agacharse, o bien cuando salía del baño envuelta en una toalla pequeña que apenas le cubría sus nalgas, pero cuando cogíamos Ricardo y yo, hablábamos de esos instantes. Una mañana de sábado, me levanté temprano, antes de salir de mi cuarto, vi que Ricardo estaba bien dormido y desnudo, su verga estaba parada, se veía deliciosa, me dio tentación de mamársela, pero escuché en la sala a mi hermana. Hablaron por teléfono, ella contestó y era para Ricardo, le tocaba y éste no contestaba, mi hermana, abrió la recámara y la vi que salió sorprendida, con el teléfono inalámbrico en sus manos, no sé que dijo a quién llamaba, y colgó. Sabía que mi hermana vio la verga gorda y cabezona de su cuñado, y se asombró, no dijo nada, pero esa noche, mi hermana se masturbó como nunca, metiéndose el consolador en su ano, hasta que se vino y se quedó dormida. Algo pasó que una noche no encontré a Ricardo en la casa, ...