Esclavizado en un campamento de verano - (2)
Fecha: 27/06/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... ni el más mínimo gesto, cosa que me asustó de verdad. Cuando terminamos de desayunar, los monitores nos contaron el plan del día, excursión, estaríamos el día fuera visitando lugares turísticos, saldríamos en 15 minutos y quien quisiera podría subir al cuarto a por la cámara de fotos y lo que necesitase. -Voy a subir a por la cámara, ¿quieres subir a por algo? – me dijo Roberto con un tono que no me hizo mucha ilusión. -No, gracias- respondí sin más. No me apetecía irme lefado de excursión, que es sin duda lo que estaba pensando Roberto en hacer en venganza por haberme limpiado los calcetines. Justo antes de dejarnos levantar, los monitores empezaron a decir nombres y a formar grupos para la excursión y que a la postre serían grupos para talleres y otras actividades, todavía estaba arrancando el campamento. Como éramos unos 50 acampados, hicieron 10 grupos de 5, con un monitor al cargo de cada grupo, y por suerte, no me metieron en el de Roberto, me apetecía quitármelo de encima. Salí a reunirme con mis compañeros y a esperar en la entrada a que nos mandasen entrar en el bus. En todo el día no tuve contacto con él, procuré hacer amistad con mis nuevos compañeros y compañeras y no pensar en el calvario que casi con toda seguridad me esperaría al llegar por la noche a la habitación. De vez en cuando a lo largo del día no podía evitar crúzame miradas con él, siempre estaba hablando con alguno de sus compañeros, y haciendo fotos a los sitios donde nos llevaban. Sin embargo, sí ...
... que me fijé en los que parecía sus dos nuevos amigos, un chico rubio, con cara aniñada, pero con una expresión que le daba un toque de malote, con el pelo liso que le caía por la cara, buen aspecto, sobre el metro setenta y cinco y bonitas piernas que acaban en unas zapas adidas. El otro, moreno con pelo corto, algo más bajo, como Roberto, aproximadamente, ojos marrones, guapo, también buen cuerpo, este calzaba unas puma blancas, o al menos lo habían sido. La excursión se me pasó más deprisa de lo deseado, y cuando quise darme cuenta, estábamos bajando todos del autobús, camino del comedor para cenar. En el comedor la gente ya había tomado por costumbre ponerse en el mismo sitio, así que no me quedó más remedio que sentarme al lado de Roberto una vez más. -¿Qué tal el día? yo estoy deseando subirme a la habitación y descansar- dijo Roberto a toda la mesa Todos contestaron de forma similar, el día había sido largo y habíamos caminado muchísimo, aunque yo sabía exactamente para qué quería subir a la habitación. -¿Tu grupo que tal? - me preguntó -Bien, son majos. -¿Ya están secos? -me preguntó, la cuestión parecía no tener sentido alguno para el resto de comensales, salvo para mi, que estaba claro que preguntaba por mis calcetines. -Sí, si, lo están -dije quitándole hierro y desviando la conversación hacia lo que habíamos visitado aquel día. Los monitores nos habían pedido que al término de la cena esperásemos, que tenían que comunicarnos la actividad de la noche. "Genial -pensé- ...