1. Amor de verano (parte 1)


    Fecha: 28/06/2018, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... derretí cuando sus mejillas se ahuecaron con la primera succión. Mientras me la mamaba, con sus dedos jugaba con mi mata de pelos; se los enrollaba en el dedo o los tiraba delicadamente. Su cabello estaba rizado y más largo que cuando lo vi por primera vez, hundí mis dedos en el y lo acaricié. Su pene apuntaba al cielo, parecía a punto de estallar y votaba una baba de color transparente. Estiré mi dedo y lo posé en su glande, y ante su atenta mirada, recogí el líquido viscoso y me lo llevé a la boca. -Quiero…- comenzó a susurrar en mi oído, mientras no paraba de masturbarme. -Hazlo…- respondí adivinando su petición. -¿Estás seguro? -Solo tú podrías hacerlo.-no sé porque se me sale lo cursi en eso momentos. Me hizo poner de pie y me dijo que me colocara en una posición de 90 grados, intentando tocarme la punta de los pies. Gracias a mi agilidad, fue fácil y terminé inclinándome aun más, dejándole mi culo totalmente expuesto. Apretó mis nalgas con deseo y sentí su cálida lengua en cada una de ellas. Después las separó y dejó descubierto mi virgen y prieto ano. Su aliento en esa parte tan sensible, hizo que se me crisparan los poros de la piel. Su dedo tocó mi agujero y lo recorrió como si fuera la primera vez que veía algo tan delicado, con sutileza y suavidad, arrancándome suspiros de placer. -Se ve tan… pequeño.- dijo. Una corriente cruzó mi espalda y mi ano se contrajo cuando su lengua hizo contacto con el. Con su mano izquierda jugaba con mis testículos, y con la ...
    ... derecha me acariciaba la espalda, por lo que con mis propias manos separé mis nalgas para dejarle el camino libre. Con tantas caricias, sentía que mis piernas cederían al placer, pues temblaban como si fueran de gelatina. Sentí cosquillas cuando su dedo acarició mi centro e hizo presión. Actuaba con duda y lo noté en su nervioso tacto. -Tranquilo.- le dije.- Continúa. La presión aumentó y su dedo comenzó a invadir mi interior, lenta pero decididamente. Era extraña la sensación. No me disgustaba, pero era diferente a todo lo que había supuesto. Cuando iba por la mitad, empezó a hacer un movimiento diferente con su dedo, así como un gancho, y escarbaba en las paredes de mi ano. Estuve cerca de perder el equilibrio cuando tocó un punto en mi interior que hizo que me inundara una oleada de placer. Sentí que sonrió cuando notó mi perdida de equilibrio a causa de sus caricias. Susurró que iría con el segundo y me preparé, me relajé lo más que pude y aflojé mis nalgas. Retiró su dedo e introdujo la punta de su lengua para humedecer más la zona, a continuación sus dos dedos hicieron contacto con mi piel. Fue más complicado de lo que pensé y necesité un poco de lubricación extra, que él mismo sacó de su rebosante glande. Mi ano cedió y sus dedos entraron lentamente, lo que hizo que disfrutara cada milímetro de falange que entraba. Escuchaba como Ariel gemía y se relamía los labios, ansioso de penetrarme. Yo estaba nervioso, temblaba, y tenía un poco de miedo, pero las ganas por que él me ...