La chica del Boing - Relatos Eróticos

La chica del Boing

... la raíz para inmediatamente dejarlo ir y comérselo de nuevo. Y mientras tanto Ave María no perdía su estrechez. Por tanto fue inevitable...—¡Se me va a sale la...! —dije mientras hacía un esfuerzo por no correrme pero fue inevitable. Me desleché.Había imaginado más de una forma de hacerlo: quería explotar en sus nalgas, mientras mi falo patinara por en medio de su raya; también me hubiese gustado explotarle en la boca; y sí, hacerlo dentro de su vagina, pero viéndola a la cara.Bueno, ya tendría oportunidad para el segundo palo que nos echáramos, sin embargo ella se metió a bañar y posteriormente se vistió. Cosa que me sorprendió.—Disculpa amor, pero ya tenía una cita y voy retrasada —me dijo mientras se arreglaba frente al espejo del lavabo.Dada la situación busqué mi cartera y me dispuse a pagarle.—¿Cuánto es? —dije, mientras sacaba unos billetes.—No, qué te crees, esto lo hice por gusto —me dijo, con la expresión más natural que le he visto a sexoservidora alguna.“¿Sabes por qué bebía jugo cuando me viste en el metro?”, me preguntó mientras continuaba retocándose, yo no supe qué contestar. “Para quitarme el mal sabor de boca. El último cliente se vino mientras le hacía el oral. Y esto ha sido igual. ¿Te imaginas lo que es hacerlo diario con tipos que generalmente me doblan la edad? Pero esto ha sido otra cosa.”Después de darme su número de celular nos despedimos.Yo ahí, ya solo, con la tele encendida pero sin verla, me quedé apreciando lo afortunado que había sido. La suerte que tuve de conocerla.FIN