Ana y el cierre del alquiler - Relatos Eróticos

Ana y el cierre del alquiler

... una increíble cantidad de líquido deslizándose entre sus muslos…El carnicero la abrazó desde atrás y le acarició las tetas, rozando entre sus dedos los erguidos pezones rosados de Ana.Pensé que ahí terminaría el video, pero estaba equivocado…A pesar de la tremenda cogida que le habían dado y la cantidad de orgasmos que había disfrutado; Anita todavía necesitaba más.Hizo recostar a Marcos sobre la cama y ella lo cabalgó de manera invertida, ofreciéndole su concha para que hicieran un sesenta y nueve.Estuvieron así un rato largo; Anita comiéndose esa enorme pija y él metiendo su lengua entre los labios vaginales y el ano de mi esposa.De repente Ana acabó nuevamente, mientras el carnicero demostraba su maestría en lamerle la concha.Entonces ella se levantó y se acomodó con sus piernas abiertas encima de la verga y fue descendiendo muy despacio, empalándose ella misma.En apenas tres o cuatro movimientos, Ana quedó sentada encima de él, con esa dura pija enterrada hasta los vellos púbicos del carnicero. Enseguida comenzó a cabalgar con frenesí durante varios minutos, hasta que con un grito ahogado y enterrándose hasta el fondo, acabó prolongadamente, aullando como una perra en celo...Marcos seguía todavía duro y sin eyacular. Entonces pude escuchar que mi adorada esposa se levantaba y le pedía que se la metiera por el culo…El carnicero volvió a demostrar su experiencia, empezando a trabajar el culo de mi esposa de una manera lenta; primero con la lengua para dilatar la delicada y ...

... estrecha entrada anal; luego con sus dedos.Pude ver que de a poco, Ana se iba relajando y de a uno Marcos le fue enterrando los dedos hasta conseguir introducirle cuatro por completo.En ese momento mi esposa no quiso esperar más y le pidió que le rompiera el culo sin tantas vueltas. Ella se puso a cuatro patas sobre la cama y él se acuclilló detrás; dirigiendo la cabeza de su pija a ese orificio que se veía bastante dilatado. Empezó a empujar, pero le costó bastante vencer la resistencia del esfínter de Ana.No podía ver la cara de mi esposa, pero se oía unos gemidos apagados que podían ser de dolor, mientras soportaba que el carnicero pudiera por fin invadir por completo su canal rectal.Finalmente lo logró y pude ver esa tremenda cosa dura deslizarse hacia adelante, hasta que su vientre chocó con los cachetes de Anita. Ella se quejó al principio y Marcos amagó sacársela, pero ella lo detuvo, pidiéndole que siguiera adelante y la sodomizara duro; sin importar cuánto gritaba ella…Pude apreciar que Ana se acariciaba los labios vaginales mientras Marcos iniciaba un frenético y duro mete y saca de su estrecho culo.Ella le decía toda clase de groserías; le pedía que le rompiera el culo, que la maltratara, que le dijera cosas sucias al oído, que le pegara en la cola y le tirase del pelo; mientras él no dejaba de cogerla…Marcos no necesitó más incentivo. La tironeó por los cabellos, haciendo que la espalda de Ana se arqueara hacia atrás y comenzó a bombearle el culo con más frenesí, ...