Desafío de galaxias (capitulo 61)
Fecha: 11/07/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... había sido marcada para poder seguirla en su viaje, donde fuera que se dirigiera. A las tres de la madrugada comenzó el ataque por los dos extremos del cañón. Las fuerzas especiales, provistas de gafas de visión nocturna, desconectaron los generadores de energía sumiendo en la oscuridad a toda la instalación y volaron las antenas de comunicaciones. Instantes después, el Fénix aterrizó en las inmediaciones y su infantería se unió al ataque con Bertil al frente. Desde el centro de mando, Marisol y Anahis, asistían a la operación terrestre sin intervenir en el liderazgo de Bertil. J. J., con un grupo especial de Inteligencia, participaba también en el ataque para acceder lo antes posible a los equipos informáticos. La batalla fue intensa al principio, pero la abrumadora presencia federal decantó rápidamente la balanza de su lado: el medio millar de bulban, entre tripulantes y soldados, presentes en la instalación, no tuvieron nada que hacer. Cuándo todo estuvo controlado, Marisol, acompañada por su inseparable Sarita, entraron en la instalación, mientras Anahis se quedaba en el centro de Mando. —Mi señora, la base está controlada, —informó Bertil cuándo se encontraron— J. J. ya está trabajando en el centro de mando, en las dársenas hay seis naves corsarias y hemos hecho 56 prisioneros. Tenemos siete soldados muertos y medio centenar de heridos. —Muy bien Bertil, buen trabajo. Saca esas naves de aquí, te pueden ser útiles para el FDI, a los prisioneros que los interrogue ...
... Inteligencia y luego a un campo de detención, —y mirando detenidamente alrededor, añadió—: ¿te has dado cuenta de que en está instalación casi no hay tecnología bulban? —Sí mi señora, voy a ordenar un estudio de ingeniería, pero claramente aquí hay componentes maradonianos, —dijo Bertil señalando unos tabiques prefabricados de manufactura militar—. Vamos a rastrear el número de serie, pero apostaría que… —Lleva este asunto con discreción y con gente de confianza, —le interrumpió bajando la voz—. A última hora de hoy quiero respuestas. —Y con está instalación, ¿qué quieres hacer? —No nos sirve para nada, y no quiero mantener un destacamento aquí. Cuándo J. J. y tú, hayáis acabado, destrúyelo todo, que no quede nada, —contestó mientras sonaba el comunicador y Sara contestaba. —El presidente, —dijo entregándola el comunicador. —Buenos días señor presidente… sí, todo ha ido bien… ya estamos trabajando en el interior… es pronto todavía… está tarde le llamo, pero por lo pronto aquí podemos encontrar muchas respuestas… de acuerdo señor presidente, hablamos, —y cortando la comunicación, añadió—: quiero ese informe está tarde, y métele prisa a J. J., aunque no han podido enviar ningún mensaje, si están mucho tiempo sin poder comunicar, se mosquearan. —¿Mosquearan?, ¿que es eso? —Que sospecharan. —¡Ah, vale! —Cuándo tengamos a bordo a los heridos y me entreguéis los informes preliminares, salimos para Mandoria. —De acuerdo. A media tarde, madrugada en Edyrme, Marisol comunicó desde el Fénix ...