1. Secretos sucios de una mucama


    Fecha: 15/07/2018, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... y tuve unas ganas locas de saborear su sexo inocente. Pero todo quedaba para mis pajas nocturnas. Cada vez se me hacía más difícil mirarlos sin excitarme, en especial al pendejo. Otra siesta me di cuenta de las perversiones De Pablo, cuando me solicitó para que lo ayude con su habitación. Pablo es el orgullo de la familia, ya que estudia medicina, y supongo que también por encamarse con chicos. Esa vez dejamos el cuarto impecable, y a la hora entró sin permiso un chico de unos 18. Estaba por marcharme cuando Pablo dijo: ¡mirá, quedate y acomodame alfabéticamente los libros de la segunda biblioteca!, y no tuve más remedio que ver cómo ese nene se arrodilló para comerle el pito durante un buen rato, entretanto él le decía: ¡¿te pusiste bombachita putito? Me vas a dar esa colita?! Creo que nunca tuve tantos deseos de desaparecer, y más cuando vi al rubio quedarse con la colita entangada para ponerse en 4 sobre la cama repleta de libros. ¡pará, antes de culearme pajeame un poquito, dale?!, dijo el rubio, que a pesar de ser un nene tenía vocecita, cara y cuerpo de nena. Tenía un culo bien paradito. Pablo lo pajeó, le comió la boca y de vez en cuando le rozaba el ano con un dedo, el que ensalivaba previamente, y a veces se lo escupía. Apenas le sacó la tanguita rosa y vi cómo su pequeño instrumento se abría paso entre los cachetes del chico me fui para no gritar de rabia, calentura, confusión y otros sentimientos mezclados. Honestamente, la pija de Pablo me decepcionó. Una noche, ...
    ... Guillermo quiso que suba a su cuarto con un maletín lleno de películas, y me quedé atónita con lo que descubrí. Solange estaba en calzones junto a su padre en igual situación, riendo y jugando a hacerse cosquillas. ¡gracias Marta, usted es una genia… pero le pido, ya que está acá, si me puede acomodar un poco los trajes, ya que tengo muchas reuniones esta semana… fijese cuál está mejor, cuelgue el que sea necesario para que se airee, bueno, usted sabe!, dijo el tipo, sabiendo que eran unos 35 trajes distintos. Lo hacía, mientras sentía que me ardía la vulva por las cosas que oía: ¡dale mi bombonsita, quedate a dormir con papi, que mami no vuelve hasta mañana… además siempre la pasamos bien, o no?... dale mi chiquitina, o te hago cosquillas hasta que te mees encima! Después se reían, y pispié cómo se besaban en la boca, sin ruido pero bien pegaditos, ella sobre él. ¡tu lenguita sabe a chocolate, sabías?... y mirá lo hermoso que son esos pechos mi princesa… dale, bajame el bóxer y date vuelta! Ella casi no hablaba, pero tenía la mirada encendida. Le hizo caso y Guille empezó a moverse sujetándola de las piernas para frotar su pene tieso en la cola de su hijita, amasándole las tetas y oliendo extasiado su cuello y su aliento cuando ella giraba la cara para comerle la boca. No podía concentrarme, y me dediqué a mirar con la aprobación de Guillermo que luego dijo: ¡dale flaquita, frotame bien esa colita en la pija guacha, así nenita, más rapidito! Sol saltaba, se deslizaba, iba de ...
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