Mi polla es tuya
Fecha: 19/07/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... apagaban la luz, nos juntábamos los pajeros y nos sacábamos la polla dejando el suelo o el respaldo del butacón de delante lleno de leche. Y recuerdo los otros niños que no se atrevían a pajearse cómo nos miraban. Pues mi hermano decía que también ocurría eso y que él miraba de reojo como se pajeaban sus amigos, pero él no se atrevía a hacerlo. Se notaba que mi hermano se emocionaba cuando me contaba que miraba de reojo, y que le gustaba lo que yo le contaba, porque me preguntaba más cosas sobre las pajas con compañeros que nos hacíamos en el cole. Ahora yo ya tenía 18 años y ese mundillo lo recordaba con un poco de morbosa nostalgia…. Y fue cuando mi hermano me preguntó si yo me hacía pajas ahora en este momento (en el momento en que estoy contando esta narración). Pues….., sí, contesté un poco porque no quería mentir, y diciéndolo con sonrisa burlona. Y dice mi hermano: - “¿Me dejas que te agarre la polla, como cuando te la limpiaba en la ducha en verano?”. Vaya…, me quedé un poco parado, y aquí no dije nada. - ¡Venga, como en aquel verano, déjame lavarte la polla! Vamos al baño”. Yo noté que mi hermano lo que quería era revivir lo del verano, mezclándolo con las pajas que había visto en su clase. Bueno, dije yo… y fuimos al baño. Y dije yo, bajándome los pantalones: - “pero…, ¿quieres lavarme la polla o hacerme una paja como las que ves en clase?. Es que me he duchado hace un rato y no tengo ganas de ducharme de nuevo”. Vale, me dijo mi hermano, no hace falta que te ...
... duches, pero bájate los gayumbos. Me los bajé y ahí volvió a aparecer mi polla, que mi hermano ya conocía. Pero en vez de verla, ahora lo que quería era agarrarla, cosa que no hacía desde hace dos años. Ahora no quería lavarla inocentemente, sino hacer una paja como las que veía en clase, y que él no se hacía a sí mismo. Me agarró el pene, empezó a bajar el prepucio asomándose el glande…, y ya sabéis cómo reacciona la polla de un adolescente cuando se la toca: se empezó a hinchar, a poner dura, a subir para arriba, a inflarse el glande. Yo le dije: - ¿Me quieres hacer una paja?. Y respondió que sí. Yo, que no quería, me dejé llevar por la curiosidad de mi hermano, y porque me encantaba tener la polla tiesa y que me fueran masajeando. Otra cosa es que no me hacía gracia que mi hermano me hiciese eyacular…, pero que me agarrara con su pequeña mano mi enorme polla, pues eso sí me gustaba. No lo pude evitar: estábamos solos en casa y el masaje que me hacía a mi hermano (una señora paja) terminó con una corrida de las buenas. Le avisé a él cuando iba a salir la leche, y asombrado estuvo sin quitar ojo. Una vez eyaculado, ya no me sentí tan a gusto como cuando estaba con la polla tiesa. Ya no era una sensación morbosa o de diversión, sino un poco una sensación de culpa. En fin, que esas cosas las doy vueltas en el cerebro. Sin embargo, mi hermano estaba muy contento por tener en sus manos una buena polla, haber hecho una paja (aunque sea con mi polla, no con la suya) y ver cómo era la ...