El dominante Arturo y su esclava sumisa
Fecha: 25/07/2018,
Categorías:
Sexo Duro
Masturbación
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Estuve toda una semana sola en casa. Mi fiel y adorado Víctor fuera de la ciudad, en un interminable viaje de negocios.Mi calentura iba in crescendo a medida que pasaban los días.Una de esas noches, enganché a un personaje en la red que parecía ser interesante. Era un hombre maduro, llegando a los cincuenta, heterosexual y, según él, perverso y dominante.Me dijo que se llamaba Arturo, pero no creí que ese fuera su nombre verdadero…Mientras chateábamos me preguntó si yo era sumisa, o mejor dicho, si quería ser su esclava sumisa por unos días…Me reí mucho para adentro y le dije que me podía comportar como una perfecta esclava, como una buena perra caliente o como una tremenda puta, si así él lo prefería…Respondió entonces que me dominaría a su voluntad y, a la noche siguiente, comenzaría a cumplir sus órdenes sin siquiera chistar…Su primera orden parecía ser bastante sencilla. Yo debía salir a caminar en minifalda y tacos altos, como si fuera una perra callejera. Debía parecer una prostituta profesional, bien maquillada y sin usar ropa interior. Me ordenó dirigirme a un bar cercano y sentarme a la barra, como si estuviera buscando un cliente…Era ya tarde y la noche bastante oscura. Poca gente circulaba por la calle; pero los pocos hombres que me crucé terminaron desnudándome con la mirada y diciéndome cualquier grosería…Entré al bar, me senté en la barra y pedí un trago, mientras encendía un cigarrillo con movimientos exageradamente sensualesMiré hacia abajo y pude ver que se ...
... me marcaban los pezones erectos a través de la tela de la camisola que llevaba puesta. Era evidente que mi estado de sumisión a ese desconocido me había excitado bastante. También me sentía humedecida entre mis muslos… y todavía ni había empezado la noche.De repente sentí un escalofrío bajando por mi espalda. Tenía mi teléfono a mano, para avisarle a Arturo que ya estaba en el bar.Miré alrededor y noté que todas las miradas estaban puestas sobre mi cuerpo. El camarero que atendía la barra no podía quitar sus ojos de mi escote. Un grupo de pendejos estaba en una mesa al fondo, haciendo comentarios y sonriéndome cuando los miraba.Intenté provocarlos y para eso dejé caer con disimulo mi encendedor al piso. Me agaché para recogerlo, doblando mi cintura. Escuché los silbidos y aullidos de admiración, cuando esos pendejos pajeros pudieron disfrutar viendo mis cachetes y mi labia perfectamente depilada por debajo de la falda.Sonreí al incorporarme, pero esta vez no volteé a mirarlos.En ese momento me llamó Arturo. Me dijo que estaba hecha una puta hermosa. Miré en todas direcciones buscándolo, pero no pude saber cuál de todos los hombres presentes era mi Amo…Arturo se rió en la línea y me dijo que yo no podría verlo. Luego me ordenó que saliera del bar y esperara en la puerta para recibir otras instrucciones. Terminé mi copa y salí a la calle.La temperatura había cambiado y ahora soplaba una brisa fresca. Sentí que se me erizaban un poco más los pezones, tratando de salir a través de ...