El dominante Arturo y su esclava sumisa - Relatos Eróticos

El dominante Arturo y su esclava sumisa

... disimularlo todo lo posible, pero fue inútil…Todos los hombres en el bar supieron que esos desconocidos me estaban haciendo acabar, usando apenas las yemas de sus prodigiosos dedos.Cuando terminé de temblar, sonó otra vez mi celular. Era Arturo, reclamándome para darme más instrucciones…Me dijo que él ya sabía que había cumplido su orden de recibir un trago gratis, pero ahora debía dejarme manosear por otro desconocido; pero debía ser sin pedírselo y sin recriminarle nada.Miré alrededor y encontré al candidato perfecto. Estaba pagando su trago en la barra, ya listo para salir a la calle. Me levanté de un salto, dejando a Javier con una erección imposible de ocultar. Le di un rápido beso en la mejilla y le dije que volvería enseguida. Sus tres amigos se quedaron con la boca abierta; seguramente ya estaban convencidos de que iban a enfiestarme sin problema…En la calle me acerqué al nuevo desconocido; en silencio y sin mirarlo. El tipo encendió un cigarrillo y yo esperé que me convidara, pero no fue así. Encendí uno para mí y me acerqué más a él; al punto de rozar su hombro…Parecía algo nervioso; pero de repente, me tomó por la cintura y volvimos a entrar al bar. Otra vez a la barra; con la cola expuesta fuera del taburete de cuero frío…Con mis ojos guié su mirada hacia mi culo; pero el hombre no se atrevía a estirar su mano. Arqueé mi espalda, para que entendiera mi deseo de ser tocada, manoseada y abusada sin piedad…Entonces entendió a medias, porque solo apoyó su pesada mano ...

... en mi culo. Eso no iba a conformar a Arturo para nada…Abrí un poco mis muslos; para que supiera que me interesaba sentir algo más. El tipo dudó y noté que parecía sonrojarse.Pero entonces sacó su mano de mi trasero y la llevó hacia adelante. Me distraje un segundo mirando a Javier, que no me quitaba su vista de encima.Los dedos del nuevo desconocido pronto invadieron mi concha empapada y me hicieron estremecer de placer.Dilató al máximo mis labios vaginales y zambulló sus cuatro dedos sin piedad. Comenzó a moverlos dentro de mi cuerpo, provocándome gemidos y suspiros cada vez más audibles.La barra ocultaba sus movimientos; pero todo el mundo sabía que ese hombre me estaba haciendo una tremenda paja a la vista de todos los presentes…Finalmente no pude aguantar más y estallé en un intenso orgasmo; aunque esta vez logré disimularlo bastante y casi pasó desapercibido entre el ruido ambiente y la música del lugar.El hombre sonrió y sacó sus dedos. Los acercó a mi boca y yo lamí con desesperación mis propios fluidos. Siempre en silencio, ese desconocido se levantó y se fue a la calle.Yo todavía estaba más que caliente, a pesar de que esos desconocidos ya me habían robado dos intensos orgasmos, utilizando solo sus dedos. Yo necesitaba una buena verga…Me senté otra vez en el regazo de Javier y él me sonrió.Apagué el celular. Ya no me importaba ser la esclava sumisa de un pajero como Arturo. En el fondo, el pobre tipo no era tan dominante ni tan perverso como él mismo creía….Ya no me ...