1. PARAISO PARA TRES


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... considerar a la luz de la pureza y la sinceridad y en el que el componente físico sólo era un débil reflejo de la profundidad y la entrega con que lo vivían. Terminamos la cena que comimos casi sin apetito, embargados nuestros sentidos por el eco de otras sensaciones mucho más placenteras. Me pidieron permiso con la mirada para retirarse a la habitación que compartirían ya sin temores. Se lo concedí con una sonrisa de envidia. Pero ellos me respondieron tomándome de las manos invitándome a compartir con ellos su dicha. Ya he dicho que soy una mujer fogosa. Siempre lo he sido, pero juro que no recuerdo impaciencia mayor por hacer el amor que la que sentí en aquel momento. En mi habitación volvieron los besos y las caricias. Me apeteció practicar sexo oral con Jonás. ¡Dios mío cómo anhelaba sentir un pene vigoroso en mi boca! Me incliné sobre él de rodillas en la cama y comencé la mejor felación que le habían practicado en su vida, según reconocería más tarde. Noté a continuación que Silvia se deslizaba entre mis piernas entreabiertas y hundía su boquita de fresa en mi sexo iniciando una exploración con mi lengua tan hábil y placentera que me hico olvidar en algunos momentos lo que estaba haciendo. Jonás se dio cuenta de lo que sucedía y quiso unirse a aquella orgía oral buscando el sexo de su hermana. Unos movimientos precisos ejecutados sin más órdenes que las que dictaba el instinto nos acomodaron de manera que formamos un triángulo perfecto de placer con una unión ávida ...
    ... de sexos y bocas y en el que prácticamente llegamos al orgasmo al mismo tiempo. Aquella fue la noche perfecta que dio comienzo a una vida nueva en la que vendrían otras muchas más. Jonás y Silvia se aman con un amor increíblemente intenso y puro y yo tengo el privilegio de asistir a muchos de sus encuentros sexuales como una invitada de honor. Silvia no siente celos de mí porque soy su madre y nunca puedo ser su rival. Jonás ama a su hermana sobre todas las cosas, pero también me quiere a mí. Quiere que seamos felices, todos, y asiste divertido y excitado a las sesiones de sexo lésbico que Silvia y yo le dedicamos con la noble intención de volverle loco de deseo y de recoger a continuación el fruto líquido de su lujuria. Aunque soy, como digo, una invitada, no puedo olvidar también que soy madre y que puedo enseñarles muchas cosas sobre las relaciones sexuales. A Silvia le he regalado un vibrador como el mío y le he enseñado a aprovecharlo al máximo como complemento de sus relaciones sexuales. Me consta que está encantada con él. A los dos les he enseñado la utilidad de introducir variantes y juegos en la cama y los dos compiten en ser el alumno más aventajado. Recuerdo con gran placer el día en que Silvia y yo nos presentamos ante Jonás vestidas con la lencería más sexy que había sido capaces de encontrar. Creo que aquel día fue uno en el que más disfrutamos los tres, aunque tengo en mente cosas que seguramente harán que palidezca en el futuro. Si alguna vez trasciende a los ...